Fernando Miguel D.F.M. admtió ayer que vendió cocaína a personas a las que conocía por su trabajo como camarero en un local hostelero de la localidad de Verín. La fiscal modificó su escrito de acusación inicial en el que pedía cinco años de cárcel porque aplicaba la pena prevista para el tráfico de drogas en establecimientos abiertos al público sin conocimiento del empleador pero no estaba acreditado fehacientemente que fuese en el bar donde hizo caja ilícita. También deberá afrontar el pago de una multa de algo más de 500 euros.
La imputación se produjo cuando fue detenido el 20 de julio de 2019 sobre las diez y media de la noche. LLevaba consigo, en el bolsillo izquierdo del pantalón, ocho envoltorios de cocaína que iban a ser vendidos porque el acusado no es consumidor.
Los guardias civiles registraron el anexo de la barra del local. En una estantería de madera, en el interior de una caja de zapatos había otro envoltorio de plástico con cocaína, además de una báscula pequeña de precisión, una tijera y seis recortes de plástico de los utilizados para vender la droga al menudeo (en pequeñas cantidades). El encausado llevaba consigo 140 euros en billetes.
En total, le incautaron 2, 07 gramos con una pureza del 77.49% así como 0,336 gramos con pureza del 69,82% y 2,3 gramos con pureza del 79.86%.
