La localidad fronteriza de Chaves celebró ayer su día grande de la 'Feira dos Santos', que como cada año es cita obligada para numerosos ourensanos. Pero no fueron los únicos, dado que en las calles había personas de Lugo, Madrid, Barcelona, Euskadi, Oviedo y Zamora. 'Me vine a pasar el puente festivo a Portugal. Acabo de llegar y me encontré con la feria', afirmaba María José Cañadas, una joven de Oviedo, que viajaba acompañada de dos familiares.
La afluencia de españoles, alrededor de 45.000 personas, según los datos que manejaba la Policía de Segurança Pública (PSP) de la localidad, provocó que buena parte de los comerciantes y hosteleros pusieran tras el mostrador de sus negocios a personas que hablaban castellano. 'Hay mucha confusión a la hora de pedir una consumición, sobre todo si se trata de café. Un cortado en Ourense es un pingo en portugués', afirmaba el dueño de un céntrico bar, Miguel Pinto.
La afluencia de visitantes comenzó a notarse a partir de las nueve de la mañana en el paso fronterizo de Feces de Abaixo (Verín). La carretera registraba retenciones dos horas más tarde ante los numerosos conductores que circulaban en dirección a Portugal. Sobre las dos de la tarde, la GNR estimaba en más de 30.000 los coches con matrículas españolas que habían cruzado la frontera. Eso sí, los agentes no registraron ninguna incidencia circulatoria.
Ya en la localidad de Chaves, las cafeterías y restaurantes estaban abarrotadas de clientes, igual que los dos mil puestos de vendedores ambulantes que se instalaron a lo largo del centro del casco urbano, ofreciendo todo tipo de productos, incluidas flores para llevar al cementerio y calcetines de lana confeccionados a mano. El único problema fue la lluvia, que deslució la jornada, aunque facilitó el negocio a los vendedores de paraguas.
La Cámara Municipal elaboró un ámplio programa de actividades, entre ellas un festival musical de 'bandas de garaje' en el Centro Cultural, un mercado ganadero y un concierto de concertinas. El presidente de la institución local, Antonio Cabaleira, estima que durante el fin de semana se acercarán a Chaves alrededor de 150.000 personas.
La afluencia de visitantes comenzó a notarse a partir de las nueve de la mañana en el paso fronterizo de Feces de Abaixo (Verín). La carretera registraba retenciones dos horas más tarde ante los numerosos conductores que circulaban en dirección a Portugal. Sobre las dos de la tarde, la GNR estimaba en más de 30.000 los coches con matrículas españolas que habían cruzado la frontera. Eso sí, los agentes no registraron ninguna incidencia circulatoria.
Ya en la localidad de Chaves, las cafeterías y restaurantes estaban abarrotadas de clientes, igual que los dos mil puestos de vendedores ambulantes que se instalaron a lo largo del centro del casco urbano, ofreciendo todo tipo de productos, incluidas flores para llevar al cementerio y calcetines de lana confeccionados a mano. El único problema fue la lluvia, que deslució la jornada, aunque facilitó el negocio a los vendedores de paraguas.
La Cámara Municipal elaboró un ámplio programa de actividades, entre ellas un festival musical de 'bandas de garaje' en el Centro Cultural, un mercado ganadero y un concierto de concertinas. El presidente de la institución local, Antonio Cabaleira, estima que durante el fin de semana se acercarán a Chaves alrededor de 150.000 personas.
