Su reforma incluye también el pintado de los carriles de acceso, salida y las 1.500 plazas existentes
El grupo de gobierno de la villa anunció ayer que durante las próximas semanas comenzará las obras de pavimentación y pintado de los nueve estacionamientos disuasorios que fueron acondicionados en la villa. Cumple así con una de las demandas de los vecinos, que empezaba a ser notable después de que las últimas lluvias deteriorasen de manera considerable el firme de la mayoría de ellos, sobre todo el que más éxito tiene, el número 2, ubicado al fondo de la calle Laureano Peláez y uno de los más usados al estar muy próximo a los principales núcleos de gestión administrativa de Verín.
La novedad, sin embargo, -porque la necesaria mejora del pavimento era ya inaplazable- radica en el pintado tanto de los carriles de entrada y salida así como de las plazas disponibles en cada uno de ellos, como si de un estacionamiento privado o de un centro comercial se tratase. Se resolverán, de esta forma, dos deficiencias que preocupaban al primer edil verinense: "En un primer lugar, sobre todo en aquellos más escasos de superficie, conseguimos optimizarlos de manera que puedan ocuparse en su totalidad los que mayor demanda tienen, como el de Laureano Peláez", explica Seoane Fidalgo.
Con el trazado horizontal de los carriles de entrada y salida a cada uno, prosigue el mandatario, "y aunque no se han dado casos de incidentes en los accesos, sí lograremos regular el tráfico en todos ellos, para que sea mucho más ordenado de lo que lo es en la actualidad".
PRINCIPALES RECLAMACIONES
Las principales reclamaciones por parte de los usuarios se centraban en los baches existentes en todos ellos y en los residuos que su utilización dejaba en las carrocerías de los vehículos, sobre todo en época estival, en la que se levantaba una importante nube de polvo a la entrada de cada uno de aparcamientos.
El regidor, Gerardo Seoane, lamentó la falta de previsión que en su día se tuvo en la construcción de todos ellos: "Creo que debimos haber optado desde un primer momento por esta solución, pero este grupo de gobierno quería conocer primero cuál era el resultado de su aceptación y poner el servicio en marcha con los menores costes posibles para el Concello. Ahora que se ha probado su efectividad es hora de ir un paso más alla".
Un completo cambio del agrado de todos
Con independencia de las reclamaciones formuladas por los usuarios, fundamentadas en el estado actual de la mayoría de los estacionamientos disuasorios de la villa -a excepción del situado en Rosalía de Castro, enfrente de un conocido supermercado que llegó a aportar 60.000 mil euros para su pavimentación-, la aceptación por parte de los verinenses y de los que hasta el casco urbano se dirigen para alguna compra o gestión fue total. Buena prueba de ello lo es su ocupación y la descongestión del tráfico que la recirculación en la búsqueda de un lugar para estacionar provocaba.
Lo asegura también el máximo exponente de la gestión en Aever, la asociación de empresarios y comerciantes de Verín. José Ángel Rodicio así lo resume: "Todas aquellas medidas encaminadas en facilitarle las cosas a nuestros clientes, y ésta lo es, es positiva para nuestra villa. Ya no se ven obligados a dar vueltas o a aparcar en el extrarradio, y eso, evidentemente hace que comprar sea más sencillo", apunta el gerente del colectivo empresarial.
En total, cuando concluya el noveno previsto en las inmediaciones del instituto Xesús Taboada Chivite, se habrán puesto a disposición de los verinenses más de 1.500 plazas de estacionamiento gratuito.
