El recinto abarca tres aulas, en las que reciben formación 200 alumnos, y una sala de reuniones
El cambio de uso de la que dejará de ser lonja agropecuaria es ya un hecho. Los más de doscientos alumnos de las diferentes disciplinas de la escuela de artes y oficios municipal han ocupado ya las nuevas instalaciones de lo que será su sede definitiva, después de consumarse el traslado desde su ubicación anterior, la planta baja de la plaza de abastos de la villa.
La mudanza, totalmente finiquitada en los últimos días, deja así libres las aulas del viejo edificio en la Alameda para el inicio de las obras de acondicionamiento que permitirán la apertura del centro de día de Verín. Además, los inscritos en las tres disciplinas que ofrece el Concello en lo que a artes y oficios se refiere, abandonan el hacinamiento al que se veían obligados en las anteriores dependencias.
El nuevo recinto consta de cuatro aulas, tres para el desarrollo de las actividades de pintura y plástica, alfarería y música tradicional; y una que será destinada a sala de eventos o reuniones. El presupuesto total de las intervenciones ascendió a poco más de 30.000 euros, además de las actuaciones ejecutadas por la brigada de obras del Concello, que realizaron la mayor parte de las allí llevadas a cabo. El sistema de calefacción utilizado ha sido el de pellets, que redundará en un notable ahorro energético para las arcas municipales.
La apertura de las aulas de la escuela de artes y oficios en el recinto agropecuario verinense se suma a la inmediata puesta en marcha, a su vez, de la pista de skate que ya se construye en el ala sur del recinto.
“UN EXTREMO ESTÉRIL"
Gerardo Seoane se mostraba ayer satisfecho del resultado de la modificación y del nuevo uso que está adquiriendo la lonja: "Esta zona se había convertido en el extremo estéril de la villa, y con este nueva opción pretendemos que se transforme en un nuevo punto de reunión de la sociedad verinense". Argumenta el regidor que "cuando la pista de skate esté finalizada, conjugaremos en este lugar las más vivas representaciones de la cultura tradicional y artística con la que llega pisando fuerte de mano de los más jóvenes, la urbana".
Se cierra un largo pero improductivo capítulo de este edificio, pensado inicialmente como lonja agropecuaria para el mercado comarcal y más tarde entregado en régimen de concesión a la entidad Pazo do Carregal, en la que durante algún tiempo se desarrolló una actividad de elaboración de alimentos precocinados.
Esa mercantil acabó entrando en concurso y abandonó las instalaciones -dejando incluso maquinaria en su interior-, obligando al Concello a resolver el contrato de concesión, además de adoptar la decisión de exigirle la deuda contraída con las arcas municipales por importe de 51.432 euros, según el informe de intervención, cantidad referida al servicio municipal del mercado ganadero.
Esa cuantía se vio incrementada en otros 27.000 euros, referidos a la instalación del bar restaurante del recinto, en el que ahora se habilitaron las aulas de la escuela de artes y oficios que ya albergan a los dos centenares de alumnos.
