La Cruz Roja organizó un taller de confección de juguetes a la antigua usanza, principalmente muñecas y coches de madera, para inculcar el valor de la solidaridad y , al mismo tiempo, recuperar una tradición que pretendía unir a tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Muñecas de trapo, trenes de cartón y coches de madera permanecen expuestos en la Casa da Viuda y, en los próximos días, serán repartidos entre los niños. La experiencia, pionera en la provincia, se repetirá el próximo año a nivel comarcal.
Abuelos, padres y niños de A Gudiña confeccionaron sus propios juguetes en un taller organizado por la Cruz Roja para promover valores como el de la solidaridad y, al mismo tiempo, recuperar un tradición para mostrar tiempos pasados en que los juguetes no se compraban, sino que se hacían.
Muñecas de trapo de múltiples colores, coches y trenes de madera y casitas de cartón son el resultado de este curioso taller de juguetes que, ahora, permanecen expuestos en la Casa da Viuda. En los próximos días, serán repartidos entre los niños del municipio.
Jesús Barros, miembro de la Cruz Roja, manifestó que fue una experiencia muy bonita y, sobre todo, pionera, innovadora y gratificante porque sirvió para reunir a tres generaciones. Se transmite el saber de los mayores y también se inculcan muchos valores, entre ellos que los niños aprendan a apreciar las cosas en su justa medida. Destaca la comunicación y el entendimiento entre abuelos, padres y niños y afirma que tendrá continuidad pues se repetirá el próximo año, esta vez a nivel comarcal.
La idea surgió porque el reparto de juguetes usados entre familias con menos recursos, que la Cruz Roja programa cada año durante la víspera de Reyes, no daba resultados. A Gudiña es una localidad muy pequeña y, por tanto, nos conocemos todos. Cuando se iban a entregar juguetes a familias de la zona generaba susceptibilidades a la hora de aceptarlos y los recha zaban, relata. Por este motivo, se nos ocurrió que los hiciesen con sus propias manos, una iniciativa cuyo fin es compartir, explicó Barros.
Actividades
La iniciativa involucró a voluntarios de la Cruz Roja de A Gudiña y a 40 participantes. Sonia López Cruz, con la ayuda de Raquel Fernández, se encargó de dirigir la confección de muñecas, mientras que Juan Carlos García llevó la batuta en la elaboración de coches y trenes de madera. Todos ellos coinciden en que fue una experiencia distinta, innovadora y supuso un aliciente para los vecinos de A Gudiña que, ahora, nos piden que se sigan programando este tipo de actividades, matiza Sonia López.
Los juguetes hechos a mano también provocaron la emoción de los vecinos ya que trajeron a su memoria una infancia donde la felicidad se alcanzaba con juguetes tan sencillos como las muñecas de trapo.
Son pura artesanía
Para la elaboración de las muñecas, según dice Sonia López, la directora del taller de muñecas, empleamos distintas telas y fieltro. Cada persona aplicó su imaginación. Algunas le cosieron los ojos, otras los pintaron. Y entre todos se obtuvo el resultado. Y lo mismo con los coches. Son juguetes de pura artesanía que cada uno ahora regalará a quien quiera.
Muñecas de trapo de múltiples colores, coches y trenes de madera y casitas de cartón son el resultado de este curioso taller de juguetes que, ahora, permanecen expuestos en la Casa da Viuda. En los próximos días, serán repartidos entre los niños del municipio.
Jesús Barros, miembro de la Cruz Roja, manifestó que fue una experiencia muy bonita y, sobre todo, pionera, innovadora y gratificante porque sirvió para reunir a tres generaciones. Se transmite el saber de los mayores y también se inculcan muchos valores, entre ellos que los niños aprendan a apreciar las cosas en su justa medida. Destaca la comunicación y el entendimiento entre abuelos, padres y niños y afirma que tendrá continuidad pues se repetirá el próximo año, esta vez a nivel comarcal.
La idea surgió porque el reparto de juguetes usados entre familias con menos recursos, que la Cruz Roja programa cada año durante la víspera de Reyes, no daba resultados. A Gudiña es una localidad muy pequeña y, por tanto, nos conocemos todos. Cuando se iban a entregar juguetes a familias de la zona generaba susceptibilidades a la hora de aceptarlos y los recha zaban, relata. Por este motivo, se nos ocurrió que los hiciesen con sus propias manos, una iniciativa cuyo fin es compartir, explicó Barros.
Actividades
La iniciativa involucró a voluntarios de la Cruz Roja de A Gudiña y a 40 participantes. Sonia López Cruz, con la ayuda de Raquel Fernández, se encargó de dirigir la confección de muñecas, mientras que Juan Carlos García llevó la batuta en la elaboración de coches y trenes de madera. Todos ellos coinciden en que fue una experiencia distinta, innovadora y supuso un aliciente para los vecinos de A Gudiña que, ahora, nos piden que se sigan programando este tipo de actividades, matiza Sonia López.
Los juguetes hechos a mano también provocaron la emoción de los vecinos ya que trajeron a su memoria una infancia donde la felicidad se alcanzaba con juguetes tan sencillos como las muñecas de trapo.
Son pura artesanía
Para la elaboración de las muñecas, según dice Sonia López, la directora del taller de muñecas, empleamos distintas telas y fieltro. Cada persona aplicó su imaginación. Algunas le cosieron los ojos, otras los pintaron. Y entre todos se obtuvo el resultado. Y lo mismo con los coches. Son juguetes de pura artesanía que cada uno ahora regalará a quien quiera.
