La Morena abrió paso desde Cimadevila hasta la abarrotada plaza de A Picota

Las hormigas rojas picaron en Laza

  Dos hombres semidesnudos, para desafiar a las hormigas. (Foto: Xesús Fariñas)
Las hormigas rojas sobrevolaron A Picota de Laza aterrizando sobre la maraña humana formada en la plaza. Aliñadas con vinagre y mezcladas con barro, volvieron a colarse entre la ropa de los participantes, que no se libraron de las picaduras.
La ‘bajada de la Morena’ (una cabeza de vaca que arremete contra el público simbolizando el intento de levantar las faldas a las mujeres) de Cimadevila y el lanzamiento de hormigas rojas picantes, previamente aliñadas con vinagre y mezcladas con barro, dieron rienda suelta ayer al Entroido más primitivo en Laza.

Cientos de personas procedentes de distintos puntos de la provincia de Ourense y de Galicia formaron una maraña humana en la plaza de A Picota para participar en la fiesta. Las prendas de protección (gafas, chubasqueros, capuchones, plásticos y otros) no fueron suficientes para hacer frente al lanzamiento de las hormigas, que volvieron a colarse entre la ropa dejando el sello inconfudible de las picaduras. Dulces para algunos, ‘pues nos encanta la fiesta’, decían algunos asiduos a la cita, y molestas para otros, ‘porque no imaginábamos que picase tanto’, apuntaban los ‘novatos’ participantes.

Retenciones


Los más veteranos de la localidad volvieron a desafiarlas semidesnudos, por eso de así resbalan del cuerpo y no pican, mientras que los más ancianos presenciaron el ‘vuelo’ desde los balcones de la plaza. Este día, uno de los más señalados en el calendario del carnaval, provocó que, desde primeras horas de la tarde, el acceso a Laza se convirtiese en una hilera interminable de coches reduciendo al mínimo las posi bilidades de encontrar un estacionamiento.

El lunes de Entroido en Laza alcanzó tal fuerza en los últimos años que la plaza se queda sin capacidad para la avalancha de visitantes tal y como quedó patente en la jornada de ayer.

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