El Concello de Laza presentó una queja ante la Sociedad de Xestión do Plan Xacobeo (empresa pública de la Xunta, destinada a la promoción y a la dotación de servicios de los Caminos de Santiago), solicitando la sustitución de varias señales de la Ruta da Prata, en A Gudiña.
El regidor, Xosé Ramón Barreal, argumenta que la señalización actual deriva a los peregrinos hacia Verín, en vez de conducirles por el camino original a través de la Serra Seca hasta su municipio. Los caminantes, una vez en Verín, pueden continuar el camino de nuevo hacia Laza, pero la mayoría opta por seguir el trazado de la carretera N-525 hasta Trasmiras. La situación, según el regidor, está restando peregrinos al trazado entre A Gudiña, Laza y Vilar de Barrio. 'É o tramo máis bonito de toda a Ruta da Prata e moitos peregrinos non o éstan visitando', lamentó el regidor.
La situación se produce desde hace medio año, cuando la Sociedad de Xestión do Plan Xacobeo y la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias decidieron colocar la señalización hacia Verín para evitar a los caminantes las molestias de las obras de apertura de la línea del tren de alta velocidad (AVE), que discurre en la zona paralela a la Ruta da Prata.
En ambas empresas alegan que los trabajos aumentaron considerablemente la circulación en las carreteras locales, pistas y caminos, y con ello el riesgo de que los peregrinos puedan ser víctimas de un atropello. Desde la Sociedad de Xestión do Plan Xacobeo entienden que la señalización es temporal y sólo afecta al tramo que va desde A Gudiña hasta Mesón de Erosa (que está en el mismo municipio), donde los peregrinos pueden regresar de nuevo al camino original en dirección a Laza.
Pero este argumento no lo comparte Xosé Ramón Barreal, que recuerda que la carretera N-525, por la que son desviados los peregrinos, tiene más tráfico que cualquier pista o carretera local por la que circulan los trabajadores de las obras del AVE. 'Ese argumento non serve, porque por lóxica, una nacional sempre ten máis peligrosidad', explicó.
El tramo de la Ruta da Prata entre A Gudiña y Laza tiene 34,5 kilómetros, una de las más largas de todo el camino. El mismo trazado, pero por Verín, son siete kilómetros más, cuyo recorrido, según Barreal Novo, 'pesa cando xa se levan días camiñando. Os peregrinos, unha vez en Verín, se quedan e tiran polo camiño máis corto', explicó el regidor. Las pernoctaciones cayeron un 20% en el albergue de Laza, en un momento en que el Concello planeaba construir nuevas instalaciones para los caminantes.
La situación se produce desde hace medio año, cuando la Sociedad de Xestión do Plan Xacobeo y la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias decidieron colocar la señalización hacia Verín para evitar a los caminantes las molestias de las obras de apertura de la línea del tren de alta velocidad (AVE), que discurre en la zona paralela a la Ruta da Prata.
En ambas empresas alegan que los trabajos aumentaron considerablemente la circulación en las carreteras locales, pistas y caminos, y con ello el riesgo de que los peregrinos puedan ser víctimas de un atropello. Desde la Sociedad de Xestión do Plan Xacobeo entienden que la señalización es temporal y sólo afecta al tramo que va desde A Gudiña hasta Mesón de Erosa (que está en el mismo municipio), donde los peregrinos pueden regresar de nuevo al camino original en dirección a Laza.
Pero este argumento no lo comparte Xosé Ramón Barreal, que recuerda que la carretera N-525, por la que son desviados los peregrinos, tiene más tráfico que cualquier pista o carretera local por la que circulan los trabajadores de las obras del AVE. 'Ese argumento non serve, porque por lóxica, una nacional sempre ten máis peligrosidad', explicó.
El tramo de la Ruta da Prata entre A Gudiña y Laza tiene 34,5 kilómetros, una de las más largas de todo el camino. El mismo trazado, pero por Verín, son siete kilómetros más, cuyo recorrido, según Barreal Novo, 'pesa cando xa se levan días camiñando. Os peregrinos, unha vez en Verín, se quedan e tiran polo camiño máis corto', explicó el regidor. Las pernoctaciones cayeron un 20% en el albergue de Laza, en un momento en que el Concello planeaba construir nuevas instalaciones para los caminantes.
