La madera y su familia, esas son las verdaderas pasiones de Nelson Salgado Delgado. Como resultado de ambas, este amante de la carpintería, natural de Rebordondo, en Cualedro, es el artífice de una colección de más de una treintena de juguetes artesanos con los que disfrutan sus cinco nietos.
Aunque su vida laboral nunca estuvo ligada a la carpintería, este siempre fue su mayor hobby. “Dende ben cativo sempre me chamou a atención o mundo da madeira, tanto que ata o torno co que fago as miñas pezas é completamente caseiro, elaborado a partir do motor dunha lavadora”, explica.
Nelson se define como una persona “moi activa, que sempre ten que estar a argallar algo”. En la actualidad, regenta la cafetería, junto a su mujer, del instituto García Barbón, en Verín. Él se encarga del turno de mañana, mientras que por la tarde se resguarda en su pequeño taller para hacer realidad sus ideas. Confiesa que la mayor parte de estas las encuentra en internet, a través de las redes sociales, donde ve vídeos de distintos juguetes ingeniosos. Declara que los más originales provienen de países donde los recursos económicos son más escasos y eso “agudiza o enseño”. Con mucha paciencia y bajo una metodología de ensayo-error, elabora sus cuidados juguetes.
La parte superior de su vivienda, donde cuenta con una sala de juegos dedicada a sus nietos, es para ellos un paraíso. “Poden estar horas e horas xogando con eles”, afirma, aunque también añade que los niños “cada vez teñen menos paciencia e estas pezas axúdanlle a traballala”.
“Os meus fillos din que os cativos lle poñen a cabeza louca cos xoguetes do avó”, y es que incluso algunos de ellos están personalizados con sus nombres o dibujos favoritos. Pero no son sólo los pequeños de esta casa los que disfrutan de ellos, y es que en ocasiones especiales, como la celebración del San Martiño, Nelson expone sus piezas en la cafetería del instituto. Todo el que pase por allí tiene la oportunidad de verlas, pero también de entretenerse un buen rato con cada uno de ellos. Se ha ganado el cariño de toda la comunidad educativa del instituto verinés y todos observan con mimo cada una de sus creaciones.
Un verdadero artista que siempre tuvo claro “que quería adicarme a isto o meu tempo libre”. Él se emociona, explicando cada uno de los entresijos de sus objetos, pero también aquellos que, al igual que sus nietos, tienen la oportunidad de ocupar un ratito de ocio con estas auténticas obras de arte.
