Durmió en casa de un amigo de Verín mientras su familia y la Guardia Civil lo buscaban

Un niño de Castrelo do Val se fuga toda una noche porque ‘se aburría en el pueblo’

La desaparición de un niño de 12 años en Castrelo do Val, que mantuvo en vilo a su familia durante toda la noche de ayer y obligó a desplegar un dispositivo policial de búsqueda, acabó en una simple travesura. El pequeño, que estudia en el Instituto de Queizás (Verín) decidió no regresar a su domicilio y dormir en la casa de un amigo porque, según declaró después a la Guardia Civil, se aburría en el pueblo. Fue localizado por la mañana mientras desayunaba tranquilamente en una cafetería de Verín.
La desparición de un niño de 12 años en Castrelo do Val acabó en una simple travesura. A las 23 horas del pasado jueves su madre, María Encarnación J.., de 52 años, con una gran preocupación que comenzó a brotar a primera hora de la tarde, decidió dar parte a la Guardia Civil, que desplegó un dispositivo policial de búsqueda para peinar la zona.

El niño tomó su decisión de no regresar a su domicilio y pasó la noche en casa de un amigo pues, según confesó a los agen tes después de ser localizado, se aburría en el pueblo.

El pequeño, que cursa estudios en el Instituto de la ESO de Queizás (Verín), apareció por la mañana en una cafetería de Verín en la que se encontraba desayunando. Fue la propia Guardia Civil la que dio con el paradero del niño.

Su madre manifestó que ‘lo pasé muy mal, fue una noche muy mal. Sólo una madre sabe lo que se sufre cuando ves que está desaparecido pensando que le pasó algo malo’.

Relata que ‘yo pensaba que se había quedado en la biblio teca, viendo libros, porque no llegó en el transporte escolar como cada día. Lo estuve buscando, pero no lo encontré’.

Afirma que ‘le reñí porque no avisó de que quería quedarse en casa de un amigo. Él me respondió que estuvo viendo una película y jugando con él y que ya se quedó a dormir’.

Además, relata que ‘no conozco a la familia del niño con el que estuvo y por eso no se me ocurrió buscarlo o llamar a la casa’. María Encarnación está contenta de que todo fuese un susto pero no disimula su malestar por todo lo ocurrido.

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