Los comerciantes reprochan que se ejecuten durante el verano, cuando la villa multiplica su población

Las obras levantan el casco urbano de Verín provocando cierre de calles y caos circulatorio

 Obras para la dotación de nuevo empedrado en el barrio de San Lázaro de Verín. (Foto: Miguel Ángel)
El casco urbano de Verín está levantado por una maraña de obras, que superan el millón de euros, provocando un caos circulatorio, el cierre de calles y protestas de comerciantes por ejecutarse en verano, cuando la villa multiplica su población.
Las obras proliferan en el casco urbano de Verín de forma simultánea generando un caos circulatorio, el cierre de calles al tráfico y las quejas de algunos comerciantes partidarios de que no se ejecutasen al mismo tiempo en estas fechas, cuando la villa multiplica su población y el comercio obtiene el mayor volumen de ingresos del año. El taladro a la puerta del negocio espanta a los clientes, dicen.

La mejora de saneamiento y abastecimiento en el entorno de la calle Espido; la dotación de aceras, empedrado y servicios básicos en el barrio de San Lázaro, además de la canalización de la fibra óptica de la empresa R (ahora en Laureano Peláez, pero prevista para 20 calles), conforman el principal nudo de obras, que tienen un coste de más de un millón de euros.

El cierre al tráfico de la calle Espido complica el acceso a la estación de autobuses, situada en la calle Cancelón, de tal forma que el Concello habilitó un desvío provisional para estos vehículos que se advierte con carteles colgados sobre los semáforos de la villa. ‘Esta obra causa trastorno porque afecta en gran medida al transporte de viajeros pero confiamos en que la próxima semana se pueda restablecer la circulación’, apunta el alcal de, Juan Manuel Jiménez.

En la calle Laureano Peláez también está suspendida la circulación. ‘Sabemos que suponen una molestia para los negocios y vecinos pero la empresa está trabajando bien y de forma ágil’, añade Jiménez.

Los comerciantes creen que las obras deberían haber comenzado a partir del mes de septiembre, cuando empieza a reducirse el volumen de negocio. ‘Creemos que hay que sufrirlas para contar con más servicios, pero que deberían haber aplazado algunas como las de canalización de fibra óptica’, comenta el presidente de la Asociación de Empresarios de la villa, José Ángel Rodicio.

Añade que repercute negativamente en los negocios cuando ‘es la fecha señalada para hacer ingresos y, lógicamente, con las máquinas y operarios junto a los comercios no se vende’.

Medidas para minimizar el impacto

Pero las obras continúan. La próxima semana comenzarán otras como la dotación de nueva pavimentación en la calle Constitución, la glorieta de Cabreiroá y la Canella Cega, las primeras en las que se llevó a cabo la canalización de la fibra óptica en las últimas semanas. Teniendo en cuenta el despliegue de máquinas y operarios por la villa, el Concello montó un dispositivo de la Policía Local y Protección Civil para minimizar el impacto sobre la circulación.

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