Los taxistas de Verín se quedarán definitivamente en la parada que habilitó el Concello el mes pasado en la calle Laureano Peláez, mientras remodelaba la parte de la Plaza de la Merced que entronca con la carretera N-525, donde los profesionales tenían sus estacionamientos desde mediados del siglo pasado.
La empresa Vipeca acaba de finalizar los trabajos de mejora, que no incluyeron la habilitación de una nueva parada de taxis. Es más, en el lugar que solían estacionar los profesionales del volante crecen ahora árboles y han sido soterrados contenedores de basura.
Los ocho taxistas que recogen clientes en la zona se mostraban ayer resignados ante la eliminación de su parada habitual, aunque tienen previsto plantear al grupo de gobierno mejoras en su nuevo lugar . Una de estas peticiones de estos profesionales es la prolongación de la parada hasta la misma carretera N-525 (hace cruce con la calle Laureano Peláez) para disponer de más plazas y espacio a la hora de recoger a un cliente, según el presidente del colectivo José Ramón Alonso. También reclaman más control por parte de la Policía Local para evitar que los lugares destinados a taxis estén continuamente ocupados por coches particulares.
El grupo de gobierno entiende que la eliminación de la parada en la Plaza de la Merced no ocasiona trastornos a los taxistas y sus clientes, dado que la nueva parada está a menos de 50 metros. La reforma de la plaza costó 110.000 euros y el alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, entiende que los trabajos eran necesarios para dinamizar el comercio en el casco viejo y humanizar el entorno.
Los ocho taxistas que recogen clientes en la zona se mostraban ayer resignados ante la eliminación de su parada habitual, aunque tienen previsto plantear al grupo de gobierno mejoras en su nuevo lugar . Una de estas peticiones de estos profesionales es la prolongación de la parada hasta la misma carretera N-525 (hace cruce con la calle Laureano Peláez) para disponer de más plazas y espacio a la hora de recoger a un cliente, según el presidente del colectivo José Ramón Alonso. También reclaman más control por parte de la Policía Local para evitar que los lugares destinados a taxis estén continuamente ocupados por coches particulares.
El grupo de gobierno entiende que la eliminación de la parada en la Plaza de la Merced no ocasiona trastornos a los taxistas y sus clientes, dado que la nueva parada está a menos de 50 metros. La reforma de la plaza costó 110.000 euros y el alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, entiende que los trabajos eran necesarios para dinamizar el comercio en el casco viejo y humanizar el entorno.
