Secundino Pérez, una vida desde Cuba soñando con su Oímbra

Esta historia familiar se remonta a 1891. Año en el que nació Secundino Pérez Francisco en Casas dos Montes (Oímbra). Emigró a Cuba “muy jovencito” y allí se casó con María de la Concepción Hernández. Tuvieron tres hijas: Cecilia, Natalia y Práxedes. Esta última formó su familia y tuvo dos hijas: Ailem y Aliet Espinosa Pérez. Aliet -conocida como Ali- pone voz a esta historia, que le cuenta una y otra vez su madre con los ojos brillantes y puro sentimiento. Ali se vino para Galicia en 2019 con su marido. Se asentaron en Cee (A Coruña), donde ya regentan -desde febrero- un negocio de restauración de antigüedades y cosas de hogar. Su hermana también volvió “para casa”, a pesar de nunca haber estado en Galicia. Y en marzo de 2021 lograron traer a su mamá, Práxedes, con 82 años. Fue entonces cuando empezó a florecer esa necesidad de encontrar a la familia gallega de Secundino Pérez. Un hombre que proyectó su vida en Cuba, pero que cada noche soñaba con el lugar que lo vio nacer, Oímbra. Su primer vuelo “Mi mamá nunca vino a Galicia, de hecho nunca viajó, y con 80 años cruzó el charco y aquí está, echando de menos a mi papá, que lo queremos traer pronto también. Mientras, ella está aprendiendo cada día y sintiéndose gallega, porque realmente parte de nuestros corazones es de aquí”, cuenta Ali sobre Práxedes, cuya ilusión es conocer a algunos de sus familiares de Casas dos Montes, un lugar del que escuchó hablar desde niña, pero al que nunca tuvo “la suerte” de ir. “Marchó de Cuba después de toda una vida allí, es algo muy duro si nos paramos a pensar. Por eso, yo sé que conocer a su familia de Oímbra será un tratamiento para ella, sanador”, añade. Y es que Secundino -que nunca más volvió a Oímbra- siempre le inculcó a sus hijas el amor por su otra patria: Galicia. Un amor que profesó siempre Práxedes, más próxima a su casa paterna. “Ese cariño con el que hablaba de su casa también nos lo inculcaron a mí y a mi hermana”, señala Ali, sobre lo mucho que gustaba en su casa “el caldo y las patatas”, como era Casas dos Montes y “la forma de vivir que hay en Galicia” o ese sentimiento de “arraigo” a un lugar, a pesar de no conocerlo. “Todo esto se debe a que los gallegos siempre entienden la emigración, algo que ahora estamos viviendo nosotros, como mi abuelo, pero de Cuba para Galicia”, dice Ali. Secundino Pérez en su juventud. Tras conocer este relato del olimbriguense emigrado a Cuba, desde el Concello de Oímbra aseguraron que harán todo lo que esté en sus manos para ayudar a Práxedes y Ali en la búsqueda de tíos, primos o cualquier familiar que tuviera relación con los Pérez Francisco. Una noticia que recibe la familia con mucha ilusión y alegría desde Cee: “Sería maravilloso encontrar a alguien, poder hablar y contar como fueron nuestras vidas, porque aunque seguimos caminos diferentes, nuestras raíces son las mismas”. Las de Secundino Pérez, quien dejó Oímbra, pero nunca dejó de hablar de su tierra, de su gente y de todo lo que le ha dado. Fue así como logró introducir en su familia ese sentimiento, de generación tras generación, de arraigo a Casas dos Montes. 245 kilómetros Ahora, estas cubanas gallegas quieren conocer sus orígenes, que cada vez están más próximos. Actualmente a unos 245 kilómetros. “Todo comienzo es duro, llevamos aquí cuatro años y no es nada comparado con toda una vida, por lo que aún no tomamos la determinación de ir hasta Oímbra, pero quiero hacerlo y llevar a mi madre a Casas dos Montes, donde nació su padre”, relata emocionada Aliet Espinosa, quien confía en que estas líneas “hagan magia” para poder ir a conocer los paisajes de Casas dos Montes, pero también a sus familiares. Algo que llenaría el corazón de Práxedes. Y si quien lee dichas líneas puede tirar del hilo, Ali lo está buscando.