Las autoridades de Nueva Zelanda decretaron el toque de queda en la ciudad asolada por el seismo

300 personas siguen bajo los escombros de Christchurch

Alojados en un pabellón. (Foto: ARCHIVO)
Las autoridades neozelandesas declararon ayer el toque de queda en la ciudad de Christchurch a fin de prevenir los saqueos tras el fuerte seísmo que derribó decenas de edificios bajo cuyos escombros se estima hay unas 300 personas.
Mientras prosigue la búsqueda de desaparecidos, las víctimas mortales ascienden ya a 75, según fuentes oficiales. Los equipos de socorro trabajan a contrarreloj para localizar personas atrapadas entre los cascotes de los edificios derruidos y en más de una ocasión los equipos médicos se vieron obligados a realizar amputaciones para liberar a los aprisionados. El jefe policial para la coordinación de los rescates, Rusell Gibson, explicó que se recibían mensajes de texto vía teléfonos móviles de víctimas que bajo los escombros pedían auxilio.

El primer ministro, John Key, expresó al canal estatal de la televisión neozelandesa que 'es una situación muy trágica y pasamos por unos momentos de gran agonía'. Las imágenes de la televisión local mostraron como un equipo de socorristas rescataba a una mujer herida de las ruinas del edificio de oficinas llamado PGG, después de que hubiera alertado de su situación mediante un mensaje enviado desde su teléfono celular.

El toque de queda anunciado por la Policía entró en vigor al anochecer en la zona central de la ciudad, la más afectada por la sacudida del seísmo de 6,3 grados en la escala abierta de Richter que se registró el martes hacia el mediodía, en Nueva Zelanda.

El director de la Policía, Dave Cliff, dijo a la prensa local que con el toque de queda se perseguía, además de proteger la propiedad, crear un perímetro de seguridad ciudadana dado que había el riesgo algunos de los edificios dañados se derrumbaran de producirse otro terremoto, entre estos el Hotel Grand Chancellor, de 26 plantas. 'En el centro de la ciudad detuvimos a seis personas por robo, de esta forma también intentaremos mantener alejados a los delincuentes que quieren aprovechar la situación', señaló Cliff.

El rescate de víctimas avanza con la ayuda de perros adiestrados que se mueven entre los escombros de los mayores edificios siniestrados y bajo los que los especialistas creen que se encuentra la mayor parte de desaparecidos.

Nueva Zelanda registra cada año unos 14.000 temblores, de los un 20 por ciento alcanzan o superan los 5 grados en la escala abierta de Richter.

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