Al menos diez personas, entre ellas tres civiles, murieron a última hora de este lunes en un bombardeo de aviones kenianos contra la milicia radical islámica Al Shabab en la ciudad de Afmadow (sur de Somalia), aseguró hoy a Efe un testigo.
El residente Haji Osman Askar dijo por teléfono que la mayoría de los fallecidos son miembros de Al Shabab, ya que el ataque de los cazas kenianos tuvo como objetivo un campamento de ese grupo, vinculado a la red terrorista Al Qaeda.
'Los cazas lanzaron bombas pesadas, incendiaron tiendas de campaña de dirigentes de Al Shabab y mataron a nueve personas en ese lugar', explicó Askar.
'Una persona más murió en el hospital, pero tres de los fallecidos no pertenecían a Al Shabab. Eran civiles alcanzados por fragmentos de las bombas', añadió la fuente.
De momento, el Ejército keniano no se ha pronunciado sobre el bombardeo, que se produjo después de otro ataque similar ocurrido el domingo en la sureña localidad somalí de Jilib, en el que murieron al parecer siete miembros de una familia.
El padre de la familia, Abdulahi Moalim Husein, dijo a los periodistas que no tiene ninguna relación con Al Shabab.
'Soy un civil. Todos mis hijos han muerto. Eran cuatro, una niña y tres niños', subrayó Husein, quien pidió a los gobiernos de Kenia y Somalia que investiguen el ataque.
El portavoz del Ejército keniano, comandante Emmanuel Chirchir, reconoció el bombardeo de Jilib, que 'hirió a numerosos militantes de Al Shabab' pero 'aún no se ha establecido el número de víctimas'.
El grupo pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó el pasado día 12 a Kenia de abusos en su lucha contra Al Shabab.
'La Policía y el Ejército son responsables de un creciente número de abusos contra civiles desde que sus tropas empezaron su incursión en terreno somalí para luchar contra la guerrilla de Al Shabab', señaló HRW.
Las autoridades kenianas, por su parte, tienden a negar sistemáticamente la muerte de civiles en los ataques en Somalia.
Las tropas kenianas penetraron en Somalia el pasado 15 de octubre, dos días después del secuestro de dos cooperantes españolas en el campo de refugiados fronterizo de Daabad (noreste de Kenia).
El Ejército keniano culpa a Al Shabab de ese secuestro y otros más ocurridos en su territorio.
La milicia, que controla amplias zonas del sur y centro de Somalia, combate desde 2006 al Gobierno Federal de Transición somalí y a las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) a fin de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra tribales y bandas de delincuentes armados.
