Amnistía Internacional (AI) instó al Gobierno afgano a investigar miles de acusaciones de violaciones de los derechos humanos, actividades criminales y fraude electoral que pesan sobre decenas de miembros del Parlamento del país.
El presidente afgano, Hamid Karzai, inauguró hoy el Parlamento tras la pugna que ha mantenido durante días con los diputados, a los que pidió que dejen a un lado las 'diferencias' para evitar conflictos institucionales.
Karzai abogó por el consenso durante el discurso inaugural de la primera sesión de la nueva Cámara Baja ('Wolesi Yirga'), tras las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010.
En un comunicado emitido en Londres, Amnistía Internacional recordó que al menos 40 parlamentarios están acusados de haber cometido abusos graves contra los derechos humanos, entre los que se citan el asesinato, el secuestro, la extorsión o la intimidación a activistas y periodistas.
AI señala también que decenas de miembros del Parlamento afgano se enfrentan a 'acusaciones creíbles de crímenes de guerra' como agresiones a objetivos civiles y masacres cometidas durante el conflicto civil del país.
'Tememos que los criminales y los caudillos del Parlamento y del Gobierno afgano puedan continuar saliéndose con la suya con los abusos de los derechos humanos a menos que respondan a las investigaciones en curso', indicó Sam Rarifi, director del programa de AI para Asia-Pacífico, en la citada nota.
Añadió que 'existe un número de parlamentarios valientes que se esmeran por representar los intereses de los afganos y tratar de tener un Gobierno mejor y más justo, pero desafortunadamente se encuentran sobrepasados por aquellos que profesan poco respeto hacia los derechos y exigencias de sus electores'.
'Tanto Karzai como el Parlamento han dilapidado su legitimidad pública debido a sus pobres antecedentes de gestión y a su fracaso para aportar un Gobierno responsable', agregó el director de AI.
Karzai abogó por el consenso durante el discurso inaugural de la primera sesión de la nueva Cámara Baja ('Wolesi Yirga'), tras las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010.
En un comunicado emitido en Londres, Amnistía Internacional recordó que al menos 40 parlamentarios están acusados de haber cometido abusos graves contra los derechos humanos, entre los que se citan el asesinato, el secuestro, la extorsión o la intimidación a activistas y periodistas.
AI señala también que decenas de miembros del Parlamento afgano se enfrentan a 'acusaciones creíbles de crímenes de guerra' como agresiones a objetivos civiles y masacres cometidas durante el conflicto civil del país.
'Tememos que los criminales y los caudillos del Parlamento y del Gobierno afgano puedan continuar saliéndose con la suya con los abusos de los derechos humanos a menos que respondan a las investigaciones en curso', indicó Sam Rarifi, director del programa de AI para Asia-Pacífico, en la citada nota.
Añadió que 'existe un número de parlamentarios valientes que se esmeran por representar los intereses de los afganos y tratar de tener un Gobierno mejor y más justo, pero desafortunadamente se encuentran sobrepasados por aquellos que profesan poco respeto hacia los derechos y exigencias de sus electores'.
'Tanto Karzai como el Parlamento han dilapidado su legitimidad pública debido a sus pobres antecedentes de gestión y a su fracaso para aportar un Gobierno responsable', agregó el director de AI.
