La amnistía al IRA y la detención de Adams sube la tensión en Irlanda del Norte

La detención del líder nacionalista Gerry Adams por un asesinato del IRA de 1972 y las amnistías encubiertas concedidas por Londres a excombatientes republicanos mantienen en tensión a Irlanda del Norte, que no encuentra soluciones para abordar el legado del conflicto

Tras el arresto el pasado miércoles de Adams, liberado sin cargos tras cuatro días de interrogatorios, un alto mando de la Policía norirlandesa (PSNI) ha revelado que 95 fugitivos del IRA son sospechosos de haber perpetrado hasta 300 asesinatos en la provincia británica durante el pasado conflicto.

En una declaración ayer ante parlamentarios británicos en Londres, divulgada hoy, el "número dos" de la PSNI, Drew Harris, aseguró que entre los fugitivos hay destacados miembros de la organización terrorista republicana, aunque no dio nombres.

Esos 95 excombatientes del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), apuntó el policía, forman parte de un grupo de unos 190 a los que se aseguró que podían regresar a Irlanda del Norte sin riesgo de ser apresados por las fuerzas del orden por delitos cometidos antes de la firma del acuerdo de paz de Viernes Santo (1998).

La promesa estaba recogida en cartas enviadas por el Gobierno británico desde 2005, una medida que ha enfurecido a las víctimas y las formaciones unionistas norirlandesas -partidarias de la permanencia de la provincia en el Reino Unido- pues la consideran como una amnistía encubierta.

El Ejecutivo de coalición entre conservadores y liberaldemócratas, en el poder desde 2010, confirmó el pasado febrero que ha enviado 38 cartas a "fugados", pero la mayoría de ellas, unas 190, fueron redactadas por el anterior Gobierno laborista (1997-2007), que introdujo esta iniciativa legal en 2005.

La lista de republicanos buscados por las fuerzas del orden fue elaborada por el Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, tras conversaciones con Londres y formaba parte de sus condiciones para seguir adelante con los contenidos del Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a casi 30 años de conflicto armado.

Lo que sorprende ahora es el gran número de delitos que han sido supuestamente perdonados y que se vinculan a unas acciones terroristas que acabaron con la vida de 295 personas.

Una parte importante de la sociedad norirlandesa considera que un delito tan grave como el asesinato no debe ser pasado por alto, ni siquiera por el bien del proceso de paz, como bien sabe Adams, acosado ahora por un crimen del pasado.

El líder republicano fue puesto en libertad sin cargos el pasado domingo, después de ser interrogado durante cuatro días por la Policía norirlandesa (PSNI) por el asesinato de la católica Jean McConville, cometido por el IRA en 1972.

McConville, viuda de 37 años y madre de diez hijos, fue asesinada por el IRA acusada de espiar para las fuerzas británicas, lo que resultó ser falso, y su cuerpo no fue descubierto hasta 2003, cuatro años después de que la banda reconociese su autoría y diese pistas sobre el paradero.

Adams, de 65 años, negó su implicación en el crimen y consideró que su detención tenía connotaciones políticas por las elecciones europeas y locales de este mes, al tiempo que alertó sobre la existencia de "enemigos" del proceso de paz y del Sinn Féin en la PSNI.

Aunque Drew Harris aseguró al citado comité parlamentario que las fuerzas del orden han establecido "vínculos" entre los 95 fugados del IRA y las acciones que provocaron la muerte de casi 300 personas, ello no significa que haya pruebas para procesarlos.

También señaló que la PSNI "investiga activamente" al menos cinco casos relacionados con los fugitivos, pero confesó que desconoce si las cartas de "perdón" concedidas "ha sido anuladas".

Una de esas cartas sirvió para que un tribunal suspendiera el pasado febrero el juicio contra el irlandés John Downey, de 62 años, acusado del asesinato de cuatro soldados británicos en un atentado perpetrado por el IRA en 1982, decisión que hizo saltar las alarmas entre las víctimas.

En consecuencia, el ministro principal norirlandés, el protestante Peter Robinson, amenazó con dimitir, si bien dio marcha atrás después de que Londres confirmase la apertura de una investigación judicial sobre este asunto.

Como sucede con Adams, Harris explicó que la PSNI ha enviado informes de algunos casos de fugados a la Fiscalía norirlandesa para que decida si hay pruebas para procesarlos, pero los observadores reconocen que hay pocas posibilidades de que eso ocurra.

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