Arranca en Pekín el relevo de la antorcha olímpica, bajo fuertes medidas de seguridad

Varios policías vigilan el acto de celebración de la llegada de la antorcha.
China celebró hoy en su capital, con muchos globos y bajo fuertes medidas de seguridad, el inicio del relevo de la antorcha olímpica de sus próximos Juegos, el más largo y posiblemente uno de los más amenazados de las últimas citas olímpicas, ante las previsibles protestas que protagonizarán defensores de la independencia tibetana, organizaciones pro Derechos Humanos o incluso simpatizantes del movimiento Falung Gong.

Tras aterrizar en Pekín esta mañana, llegada directamente desde Grecia, la antorcha fue trasladada hasta el corazón de la capital, la plaza de Tiananmen, rodeada por cordones de seguridad desde el domingo y con policías de paisano mezclados entre las alrededor de 5.000 personas a las que se les permitió asistir a la gala.

Según señaló en un breve discurso, el recién estrenado vicepresidente Xi Jinping, en el cargo desde este mes y considerado el sucesor del presidente Hu Jintao, dentro de cinco años, ‘el sueño, desde hace un siglo, de la nación china de organizar los Juegos Olímpicos se ha hecho realidad’.

‘Nos uniremos a nuestros amigos para traspasar con vigor el espíritu olímpico, impulsar el entendimiento mutuo y la amistad entre los pueblos del mundo y trabajar de forma incansable para levantar un mundo armonioso’, afirmó el futuro presidente.

El encargado de encender la llama olímpica, y declarar el inicio del relevo olímpico fue Hu Jintao, quien le pasó al corredor y héroe nacional Liu Xiang, oro olímpico y vencedor indiscutible en los 110 metros vallas.

La antorcha volará ahora hasta Kazajistán, donde arrancará mañana su recorrido internacional, que le llevará a 19 ciudades de varios continentes antes de regresar a China, donde pasará por 113 ciudades de 31 provincias distintas. En total se espera que cubra 137.000 kilómetros, el recorrido más largo de una llama olímpica, durante un total de 130 días.

La llama pasará por Tíbet dos veces, primero en mayo, cuando haga su polémica parada en el Monte Everest, considerada una montaña sagrada por los tibetanos, y luego de nuevo en junio, cuando pare en Lhasa. Las autoridades chinas podrán evitar las protestas dentro de su territorio --el Monte Everest lleva cerrado a los escaladores desde hace semanas, para evitar sorpresas--, pero no podrá evitar las manifestaciones en el recorrido internacional de la llama.

De momento la organización Reporteros Sin Fronteras, que tiene la entrada vetada en China, ya se manifestó, junto con grupos tibetanos, durante el encendido de la llama en Grecia la semana pasada. Entre las ciudades donde ya están previstas manifestaciones pro-tibetanas se encuentran Londres (la antorcha llegará el día 6 de abril), París (7 de abril) y San Francisco (día 9).

Pero los que pueden animarse a sumarse a las protestas serán muchos. Buenos Aires, por donde la llama arribará dos días más tarde, cuenta con una importante comunidad de miembros de Falung Gong, y también es de esperar que haya protestas ante las relaciones de Pekín con el Gobierno de Sudán, cuya presión se ha visto oscurecida en los últimos tiempos tras las manifestaciones en Tíbet.

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