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Austria estudia prohibir los malos olores en el metro

Compartir Netflix, comer chicle en el metro o usar el transporte público tras comer ajo son algunas de las prohibiciones más extrañas

Las autoridades austriacas están decididas a luchar contra el mal olor en los transportes públicos que está provocando la ola de calor. Por ello, han repartido 14.000 desodorantes entre los usuarios del metro de Viena y estudian prohibir consumir comida rápida mientras se viaja en transporte público.

La nueva norma ha copado portadas en todo el mundo, pero esta no es la primera vez que una ciudad aprueba una legislación curiosa. Para ejemplo tenemos el país canadiense, donde se ha penalizado el hecho de coger el autobús o el metro durante los domingos tras haber comido ajo. Siguiendo con el tema alimentario, en Singapur está prohibido comer chicle en el metro.

Otra de las penalizaciones más curiosas es la que se ha aprobado en la ciudad americana de Tennessee, donde compartir con alguien su contraseña de Netflix es ilegal dado el lenguaje un tanto vago de la ley antipiratería de la que es considerada como la capital del entretenimiento estadounidense.

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