Cientos de civiles armados de un grupo de autodefensa abandonaron ayer la población de Tierra Colorada en el sur de México, tras acordar con las autoridades de Guerrero que se investigue la muerte de uno de los suyos. El llamado 'comandante' Ernesto Gallardo dijo que al menos 2.000 integrantes del grupo se retiraron tras llegar a un acuerdo con la procuradora del Estado de Guerrero, Martha Elva Garzón Bernal. 'Vamos a esperar para ver los resultados de la Procuraduría, de lo contrario regresaremos', declaró.
Antes de la liberación de doce policías y seis civiles que retuvo el grupo armado, la procuradora se comprometió a dar con los responsables del asesinato el lunes del 'comandante' Guadalupe Quiñonez.
