Costa no dimitirá a pesar del fin de la alianza de izquierdas

<p> El primer ministro portugés, en el debate previo a la votacón hoy en la Cámara lusa. </p>
photo_camera El primer ministro portugés, en el debate previo a la votacón hoy en la Cámara lusa.

El primer ministro luso, dispuesto a liderar su partido en el caso de que haya elecciones anticipadas

“Mi deber es no dar la espalda en los momentos de dificultad y por eso no dimito”. El primer ministro luso, el socialista António Costa, busca agotar todas las vías para desbloquear la crisis que aboca a un adelanto electoral en Portugal pero está dispuesto también a ser candidato de nuevo. Al frente de un Gobierno en minoría, Costa reconoció ayer que asume el final de la alianza de izquierdas que le llevó al poder en 2015 como una “frustración personal”, durante el debate parlamentario del Presupuesto de 2022.

El rechazo a las cuentas públicas anunciado por los antiguos socios del Partido Socialista, el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, rompió la cohabitación de la izquierda y abierto una crisis que solo un “pase mágico” podría resolver. Pero Costa no cree en la magia: “Piden un pase mágico y no hay pase mágico que nos permita sobrepasar la responsabilidad y el equilibrio”. “Haremos todo para obtener un acuerdo, pero no a cualquier precio”, afirmó.

La prioridad, defendió, es “asegurar la estabilidad de las políticas que nos permitieron virar la página de la austeridad en 2015 y superar la pandemia en 2020 y 2021”. “Es un buen momento para proseguir”, insistió. “No cerramos las puertas al diálogo”.

El camino de la “geringonça” terminó en la práctica tras las elecciones de 2019, cuando la izquierda comenzó a perder terreno en las urnas y Costa descartó un acuerdo global de gobernabilidad con sus antiguos socios y optó por negociaciones puntuales para gobernar en minoría. Si el Parlamento tumba hoy el Presupuesto, Portugal quedará a las puertas de unas elecciones adelantadas a mitad de una legislatura que debería concluir en 2023. Y Costa volvería a ser el candidato socialista: “Yo lideraré mi partido si hay elecciones”.

 

EL MODELO PORTUGUÉS

“Si la mayoría que se formó en noviembre de 2015 se considera agotada y ya no hay más camino para andar es una enorme frustración personal”, admitió ayer el primer ministro. La respuesta de Catarina Martins, del Bloco de Esquerda, apunta que no hay vuelta atrás. El Gobierno, dijo durante el debate parlamentario, hace “chantaje de crisis política”, con el objetivo, a su juicio, de proteger las reglas de la troika. “El gobierno eligió, pero ir a elecciones es la elección errónea”, zanjó.

Desde el Partido Comunista, Jerónimo de Sousa, también cuestionado por la caída en picado en las urnas, ha cargado contra los socialistas: “No es con las opciones del Gobierno como vamos a conseguir sacar al país de la situación en la que se encuentra”. “Avante camaradas, juntemos nuestra voz”, invitó a los comunistas una diputada socialista. No hubo respuesta.

“No va a dimitir. ¿Cómo quiere gobernar en este escenario?”, lanzó Rui Rio, líder del Partido Social Demócrata, el más importante de la oposición. “Si la geringonça estaba coja, hoy no tiene piernas para andar”, insistió Rio, que adelantó también su rechazo a las cuentas de los socialistas.

 

LA DERECHA BUSCA OPCIONES

La derecha ve en el adelanto electoral una oportunidad para recuperar el Gobierno, en especial tras su inesperado triunfo municipal en Lisboa, pese a que el PSD está inmerso en su propia batalla por el poder.

Rio, desgastado y severamente cuestionado por un amplio sector del partido por el tono “moderado” de su oposición al Gobierno, pretende mantener el liderazgo y convertirse en candidato, pero topó con el eurodiputado Paulo Rangel, que defiende un discurso más agresivo. Esperando su oportunidad también está Andre Ventura, el líder del ultraderechista Chega, que confía en que un adelanto electoral le permita crecer electoralmente.

Te puede interesar