La crisis desluce el aniversario de la Revolución de los Claveles

Portugal celebró ayer el 37º aniversario de la Revolución de los Claveles bajo el signo del pesimismo, debido a la crisis económica que atenaza al país y que puso en cuestión algunos de los valores y esperanzas depositados con la llegada de la democracia en 1974.
La necesidad de recurrir al rescate financiero de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI) supone para Portugal aceptar de forma explícita cierta incapacidad para superar solo las dificultades económicas, lo que parece haber afectado al ánimo de sus ciudadanos, pesimistas ante el futuro incierto que les espera.

El propio presidente del país, el conservador Aníbal Cavaco Silva, consideró ayer las elecciones legislativas del próximo 5 de junio como 'un test decisivo para el régimen nacido el 25 de abril'.

La de los Claveles fue una revolución singular: fue pacífica, una novedad para la época; estuvo encabezada por el estamento militar, aunque secundada rápidamente por la sociedad civil, y supuso el derrumbe de una dictadura que había durado 48 años 'en sólo algunas horas' y que 'desapareció como si nunca hubiera existido', en palabras del famoso columnista británico del 'Times' Bernard Levin.

Una fecha, la del 25 de abril de 1974, que está marcada en el calendario portugués como fiesta nacional, aunque este año muchos se preguntan si hay motivos para festejar.

'Sería bueno que la revolución hubiese valido la pena, yo misma también participé en el 25 de abril. Pero ahora estamos mucho peor que entonces', se lamentó María Adelaida de Oliveira, una lisboeta de 77 años, mientras miles de personas desfilaban por la Avenida Liberdade de la capital lusa para conmemorar aquellos acontecimientos.

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