CRISIS DE LOS REFUGIADOS

Croacia y Serbia, en plena pelea política mientras siguen llegando refugiados

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photo_camera Varios refugiafos pasan junto a soldados húngaros en la ciudad fronteriza de Zakany, Hungría. (GYORGY VARGA)

El delicado equilibrio geopolítico en los Balcanes se está agravando por el éxodo migratorio, algo que deja en un segundo plano la situación de miles de refugiados que huyen de la guerra.

La tensión entre Serbia y Croacia y, en general, el delicado equilibrio geopolítico en los Balcanes se está agravando por el éxodo migratorio, con una sucesión de cierres de fronteras y acusaciones que dejan en un segundo plano la situación de miles de refugiados que huyen de la guerra.

Croacia y Serbia continuaron hoy con su política y mensajes de represalias y bloqueos fronterizos mutuos. Si Zagreb cerró el pasado lunes el paso de los camiones serbios, Belgrado ordenó la pasada medianoche el veto a las mercancías croatas.

En respuesta, el Gobierno croata comenzó a impedir el paso a su territorio de vehículos matriculados en Serbia e incluso de sus ciudadanos, aunque esto último sólo durante algunas horas hoy.

El origen del conflicto está en quién debe atender a los miles de refugiados que cruzan los Balcanes, procedentes de Siria, Irak o Afganistán, camino del asilo que esperan recibir en Alemania u otros países ricos de europa Occidental.

Hasta el pasado martes, la ruta pasaba desde Serbia a Hungría y continuaba hacia Austria y Alemania.

Ese día, el Gobierno húngaro cerró físicamente y legalmente la entrada de refugiados, por lo que la corriente humana comenzó a desviarse hacia Croacia, que se ha visto saturada por 51.000 llegadas desde entonces.

Ante esta avalancha humana, esa república exyugoslava comenzó a derivar a los refugiados de nuevo hacia Hungría, reinstaurando "de facto" la ruta original, aunque por poco tiempo, ya que el Gobierno de Budapest está terminando una valla para cerrar su frontera también con Croacia, tal y como hizo con Serbia.

Zagreb acusa a Belgrado de organizar el transporte masivo de refugiados a su frontera y le ha pedido que los retenga en su suelo temporalmente y desvíe a algunos hacia Hungría.

"Serbia puede resolver esto ya hoy. Muy sencilla y fácilmente. No vamos a cerrar las fronteras a los refugiados. Pero podemos recibir por día entre 4.000 y 5.000. Recibimos en un día 9.000, eso es demasiado", dijo hoy el primer ministro croata, Zoran Milanovic.

"No damos ultimátums, pero tengo el deber de proteger nuestra seguridad", insistió Milanovic, quien añadió que "si Serbia carece de los recursos necesarios para una respuesta controlada, Croacia está dispuesta a mandarle tiendas de campaña y autobuses".

Serbia, por su parte, rechaza las críticas croatas y asegura que no interfiere en la libre circulación de los refugiados.

La sucesión de cierres y controles fronterizos entre los dos países ha estado acompañada de duras palabras por ambos bandos.

El ministerio serbio de Exteriores dijo que al impedir el paso a sus ciudadanos, Croacia ha incumplido los "valores fundamentales" de la Unión Europea (UE) y de la ONU.

"Por su carácter discriminatorio, se pueden comparar con las medidas que se emprendían en el pasado, en el tiempo del fascista Estado Independiente Croata", denunció en una dura nota de protesta.

El primer ministro de Serbia, Aleksandar Vucic, lanzó un mensaje más conciliador y, pese a calificar el bloqueo a los camiones serbios como "brutal agresión económica", aseguró que no se impedirá el paso a los vecinos croatas.

"Los ciudadanos croatas son bienvenidos en Serbia, nosotros no cerraremos el tráfico de pasajeros. (...) Nuestras puertas están abiertas de par en par para ellos", indicó Vucic, quien dijo que también el tráfico de mercancías se restablecerá si Croacia cumple las normativas internacionales.

Mientras, ajenos a la tensión política, los refugiados siguen alcanzando Europa central, a donde llegan por miles a lo largo de toda la ruta de los Balcanes.

Desde el miércoles, unos 3.600 han llegado a la isla griega de Lesbos cruzando el Egeo desde Turquía. Unos 4.000 esperaban esta mañana en la frontera entre Grecia y Macedonia. Dos mil entran cada día por Serbia y van luego a Croacia y Hungría.

Este país registró el miércoles, con 10.046 personas, el máximo de llegadas en un sólo día.

Y más de 11.000 han entrado desde el miércoles a Austria, donde ya comienza a haber problemas para alojarlos a todos en Salzburgo, la ciudad donde la mayoría espera para seguir luego hacia Alemania.

La situación en los Balcanes puede registrar un nuevo giro cuando Hungría termine en los próximos días la valla que construye en su frontera con Croacia y bloquee también la entrada de refugiados desde esta frontera.

Además, el Gobierno húngaro está levantando otras alambradas en sectores de sus fronteras con Rumanía y Eslovenia.

Para mañana está prevista una reunión en Viena entre la cúpula del gobierno austríaco y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, para hablar sobre la crisis migratoria.

Además, el jefe de Gobierno húngaro se reunirá con el líder del partido extremista austríaco FPÖ, Heinz Christian Strache, quien ante la llegada masiva de refugiados ha pasado a encabezar las encuestas de opinión en la república alpina.

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