Bersani reclama el triunfo del centroizquierda y descarta 'por ahora' alianzas con otros grupos

El desgobierno hunde a Italia en el caos político y económico

El líder del centroizquierda italiano, Pier Luigi Bersani, en rueda de prensa tras los resultados electorales. (Foto: ALESSANDRO DI MEO)
Italia se encamina hacia el peor escenario político y económico que podía salir de las elecciones, el de un Gobierno sin mayoría clara en el Senado y que tendrá que hacer frente a la crisis e hipotecar sus reformas a las condiciones de los distintos partidos.
El líder del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, descartó por ahora cerrar alianzas con otros partidos visto que su coalición de centro-izquierda fue la la más votada en ambas cámaras, y adelantó que propondrá 'puntos fundamentales de cambio' en el nuevo Parlamento para que el resto de formaciones las respalden. Bersani defendió que, como la coalición más votada 'pese no haber ganado', le corresponde al centro-izquierda tener 'la primera palabra' en la formación del nuevo gobierno. 'Para nosotros se trata de tomar nota con sencillez y consciencia de lo que sale de esta cita electoral, insistiendo en la voluntad de ser útiles a nuestro país. Nosotros, de todos modos, hemos recibido de estas elecciones el mayor cargo de responsabilidad', afirmó el líder del centroizquierda.

El centroizquierda de Pierluigi Bersani logró finalmente 120 senadores mientras que el centroderecha de Silvio Berlusconi contará con 117 representantes en la Cámara Alta. Pese a la victoria del centroizquierda también en el Senado, se queda lejos de los 158 escaños que dan la mayoría, lo que le impide gobernar con tranquilidad.

El bloqueo del Senado, que hace muy difícil la formación de un Gobierno y contra el que hay quien ya demanda nuevas elecciones, no hará sino prolongar la particular situación que vivía el Ejecutivo saliente, presidido por el tecnócrata Mario Monti, que, aunque contó con el apoyo internacional a sus reformas, vio una y otra vez cómo eran sustancialmente modificadas por los grupos del Parlamento.


ESCENARIO PREOCUPANTE

De hecho, la hipoteca parlamentaria que pesaba sobre el Gobierno tecnócrata, llegado al poder en noviembre de 2011 propició la dimisión de Monti y el adelanto electoral, una vez que el partido del ex primer ministro conservador Silvio Berlusconi le retiró su apoyo.

Este preocupante escenario tuvo su reflejo inmediato ayer, con una resaca electoral que hizo dispararse la prima de riesgo italiana por encima de los 330 puntos básicos, que el Tesoro italiano tuviera que pagar más por colocar bonos a 6 meses y que los títulos financieros se desplomaran en la Bolsa de Milán. Los mercados se mantuvieron tranquilos en los últimos meses con la esperanza de que, como todas las encuestas vaticinaban, el centroizquierda reformista de Pier Luigi Bersani fuera el claro ganador de las elecciones y tuviera que recurrir a Monti para un eventual pacto, ahora insuficiente en el Senado.

Si algo demuestran los resultados de estos comicios es que los italianos expresaron un voto protesta contra la política tradicional, en primer lugar, siendo el apoyo al Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo el caso más claro de esta 'protesta', y el rechazo a la austeridad europea después, con el decepcionante apoyo recibido por Monti y la remontada de Berlusconi, quien pidió ayer 'sacrificios' a todos para poder gobernar el país.

El punto de encuentro parece casi imposible, al menos en términos económicos, toda vez que el tercero en liza tras Bersani y Berlusconi, Grillo, ya manifestó su intención de poner obstáculos al Gobierno. 'Veremos ley a ley, reforma a reforma. Tampoco es que estemos contra el mundo. Si hay propuestas dentro de nuestro programa, las valoraremos', afirmó Grillo.

Si bien las soluciones parecen ahora más lejos, los retos económicos que Italia tiene por delante siguen siendo los mismos: crecimiento económico, revisión de su sistema fiscal y la reducción de su elevada deuda, que se prevé que este año se eleve al 127,1% del PIB.

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