EEUU refuerza la prensa local mientras la UE le da la espalda

Un establecimiento de venta de periódicos expone diferentes cabeceras.
photo_camera Un establecimiento de venta de periódicos expone diferentes cabeceras.

Europa había articulado diferentes iniciativas económicas de apoyo a la prensa que nunca llegaron

El Estado de Nueva York hacía historia esta semana al aprobar 30 millones de dólares en créditos fiscales (en torno a 28 millones de euros) durante los próximos tres años con el fin de asegurar la sostenibilidad de los medios locales en un momento de gran incertidumbre económica. Estas ayudas permitirán mantener empleo en el sector e invertir en nuevas tecnologías, pero también están diseñadas para contribuir a mantener una sociedad mejor informada, más crítica, con medios plurales y cercanos a sus habitantes. La situación que vive Nueva York se refleja en las palabras del senador Brad Holyman-Sigal, quien expuso como ejemplo el caso de 200 condados que se habían convertido “en un desierto de noticias”, con la pérdida de un tercio de los periódicos locales desde el año 2005. 

Esta noticia contrasta con la pasividad con la que se comportan las instituciones europeas, que compartiendo el mismo diagnóstico y la necesidad de ayudar a los medios locales han olvidado las promesas que realizaron hace cuatro años. Fue en plena pandemia del covid cuando los medios de comunicación se convirtieron en el salvavidas de millones de personas en todo el mundo. Fueron esa ventana que ayudó a entender la magnitud de la tragedia que estábamos viviendo y actuaron, además, como vehículo de transmisión desde el cual nuestros gobernantes pudieron coordinar la respuesta mundial ante el virus. La labor diaria de los profesionales de la prensa ayudó a salvar millones de vidas, a reducir el número de infectados, pero también a recuperar la normalidad de nuestras vidas. 

Los medios de comunicación realizaron esa labor en un ambiente de parálisis económica, sin apoyo publicitario y con una drástica caída en ventas. La Unión Europea decidió entonces que era necesario articular fórmulas para garantizar la viabilidad económica de las empresas editoras, mantener el empleo e impulsar las nuevas tecnologías. Y el instrumento que iba a servir para este fin eran los fondos de recuperación Next Generation. Un mecanismo para ayudar a las empresas a superar ese período aciago en lo social y en lo económico.  

Todo ello quedó plasmado en concienzudos informes que permanecen olvidados en algún despacho de Bruselas. Iniciativas como “News” o “Europa Creativa” eran los instrumentos  desde los cuales se iban a articular las ayudas necesarias con un horizonte fijado entre 2021 y 2027. En concreto el Plan de Acción de Medios Audiovisuales prometía “ayudar a los medios europeos no sólo a ser resilientes, sino también a seguir siendo competitivos a nivel europeo y global, combinando la inversión con acciones políticas”.

"Brindis al Sol"

Cuatro años después aquellas buenas intenciones han quedado reducidas a un mero “brindis al sol”. La Comisión Europea no sólo ha sido incapaz de sustanciar sus promesas, sino que ni siquiera se ha sentado a la mesa con las empresas informativas para estudiar el compromiso al que ellos mismos se habían obligado. La comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Iliana Ivanova, como responsable de este proyecto, ha decidido cerrar las puertas al clamor la industria periodística europea en un alarde de dejadez y falta de profesionalidad. El resultado es un nuevo fracaso de nuestros dirigentes, incapaces de asegurar la supervivencia de los medios locales. Mientras tanto, los gobiernos siguen regando con dinero público televisiones deficitarias que no parecen tener otro fin que el autobombo del político de turno.

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