El escándalo del avión del narco se cobra otras dos nuevas dimisiones en Costa Rica

La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, anunció ayer que su jefe de Inteligencia y su asistente personal han renunciado por el escándalo desatado tras conocerse que la mandataria viajó dos veces en el avión de una empresa fundada por un empresario colombiano vinculado con el narcotráfico. En una cadena de televisión que representó la primera explicación de Chinchilla sobre los hechos, la presidenta aseguró que la utilización de dicha aeronave, propiedad de la empresa THX Energy, se tramitó de manera 'descuidada, sin mediar los procedimientos y controles para garantizar la integridad y seguridad'.
Chinchilla no asumió ninguna cuota de responsabilidad en los hechos y señaló que los errores en los controles de seguridad se debieron a descuidos de Mauricio Boraschi, ahora ex director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), además de viceministro de la Presidencia y Comisionado Nacional Antidrogas. La otra funcionaria que cesó sus labores fue la asistente personal de la mandataria, Irene Pacheco, quien estuvo involucrada en el contacto con THX.

El escándalo estalló cuando se conoció que el cuestionado empresario Gabriel Morales Fallón, vinculado con el reconocido narcotraficante Juan Carlos Ramírez, alias 'Chupeta' era fundador de la firma dueña del jet en el que Chinchilla viajó a Perú el pasado fin de semana y a Venezuela en marzo para el funeral de Hugo Chávez. Esta situación ha hecho que Chinchilla pierda tres cercanos colaboradores, pues además de Boraschi y de Pacheco, el ministro de Comunicación, Francisco Chacón, renunció el miércoles a su puesto alegando haber sido 'engañado' por Morales, quien se presentó con una identidad falsa. 'Hubo omisiones especialmente graves en la seguridad nacional', dijo Chinchilla.

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