Filipinas justifica el asalto de la policía al bus secuestrado tras las protestas chinas

La Policía filipina admite errores durante el secuestro de autobús en Manila
El presidente filipino, Benigno Aquino, defendió ayer la actuación de la Policía en la operación de rescate que acabó con la muerte de al menos ocho turistas chinos y el secuestrador del autobús en el que viajaban. 'La huida del conductor, combinada con las informaciones de que se había hecho daño a los rehenes forzó a llevar a cabo el asalto', dijo Aquino en un comunicado emitido al día siguiente de la polémica operación policial para poner fin al secuestro de las 25 personas que inicialmente se encontraban a bordo del autocar tomado en solitario por un ex oficial de Policía.
La reacción del jefe de Estado filipino se produjo a raíz de la airada protesta de los Gobiernos de Hong Kong y China, consternados ante el modo de actuar de las fuerzas de seguridad para resolver el secuestro, que duró hasta que el captor fue abatido de un disparo 12 horas después de que se apoderara del vehículo. 'Es una gran tragedia. Encuentro decepcionante el modo en el que ha sido llevada la operación, y especialmente el resultado', señaló Donald Tsang, jefe ejecutivo de Hong Kong. Ante la indignación desatada en Hong Kong, el ejecutivo recomendó a la población del enclave que evite cualquier viaje a Filipinas en los próximos días.

En el otro frente diplomático, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, resaltó que hay 'abatimiento' en su Gobierno y reclamó al filipino una minuciosa investigación.

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