Las ejecuciones anunciadas hoy por el director de prisiones, Abdul Salam Ismat, tuvieron lugar el domingo de noche, de acuerdo a las leyes afganas que determinan el fusilamiento de todos los condenados a muerte. Durante el régimen talibán, estas muertes se realizaban en público, la mayoría de ellas en el estadio de Kabul, pero esta práctica se suspendió tras el derrocamiento del Gobierno.
Amnistía Internacional ha denunciado estos asesinatos, reprochando al presidente afgano, Hamid Karzai, que había anunciado una moratoria de la ejecución. El portavoz del propio presidente declaró la semana pasada que se está teniendo "especial cuidado" en este tipo de condenas.
También desde Naciones Unidas se criticaron los fusilamientos, en boca del jefe de la misión de la organización en Afganistán, Tom Koenigs, quien confía en que el país "continúe trabajando" para lograr un mayor respeto de los Derechos Humanos.