Ambas partes se sentaron por primera vez a la mesa de negociación, pero no hubo acuerdos

Gobierno y oposición ucranios mantienen el pulso en la calle

Un manifestante posa con una bandera ante una fila de policías antidisturbios, en Kiev. (Foto: ZURAB KURTSIKIDZE)
El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, y los dirigentes opositores que exigen la renuncia del Gobierno por haberse alejado de Europa concluyeron sin acuerdos su primer 'cara a cara' desde el inicio de las protestas masivas en Kiev hace más de tres semanas. La primera mesa redonda nacional a la que asistieron ambas partes se celebró ayer en el Palacio Nacional de las Artes de Kiev, mientras el centro de la ciudad sigue en manos de miles de manifestantes opositores que han convertido la Plaza de la Independencia en una auténtica fortaleza.
Bajo la enorme presión de esta presencia popular masiva, y tras las advertencias tanto de la Unión Europea como de EEUU en contra de la violencia hacia los manifestantes, Yanukóvich propuso en la reunión una moratoria en el uso de la fuerza tanto por parte de la policía como de los opositores. También afirmó que la Rada Suprema (Legislativo) abordará los riesgos que, según su Ejecutivo, supone para el país la firma del Acuerdo de Asociación negociado con la Unión Europea.

'Me dirijo a todos los ciudadanos concentrados en todas las maidán (plaza en ucraniano): cálmense y cesen la confrontación, que nunca ha conducido a nada bueno. Dejen a los políticos, Gobierno y oposición, encontrar juntos una salida a la actual situación', demandó.

Pero la oposición se mantuvo en sus trece y exigió a Yanukóvich la dimisión del Gobierno, la liberación de los detenidos, castigo para los responsables de las represiones policiales y elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas. El líder parlamentario del principal partido opositor, Batkivschina (Patria), Arseni Yatseniuk, expresó su desconfianza con respecto a la moratoria en el uso de la fuerza. '¿Que si le creo? No. Pero eso es lo que ha dicho', replicó Yatseniuk, cuya intervención en la mesa redonda no fue transmitida en directo por la televisión a diferencia de lo que ocurrió con Yanukóvich y el primer ministro, Nikolái Azárov.

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