Ibaraki, una costa fantasma en alerta ante un posible tsunami

Colas para abastecerse de agua. (Foto: F. ROBICHON)
Ibaraki, una de las provincias del litoral oriental nipón más afectadas por el terremoto se encontraba ayer sumida en la oscuridad y el silencio, con casi la totalidad de sus edificios dañados y carreteras cortadas. El temor a un tsunami como el que barrió la vecina provincia de Fukushima obligó a evacuar pueblos enteros, que ahora sólo cuentan con la presencia de furgones de las Fuerzas de Auto Defensa y coches que por megafonía advierten del peligro que acecha mar adentro.
Los que se han quedado hacen guardias en grupo a las puertas de sus casas con linternas y la compañía de la NHK, la única emisora de radio que sigue activa y que anuncia las nuevas alertas y repasa las nefastas secuelas del mayor seísmo del país.

Yun, un joven que reside en la cercanías de la central nuclear de Tokai, indicó a Efe que el Gobierno japonés los mantiene informados y que asegura que esa planta no ha registrado fugas por las medidas de seguridad contra terremotos. 'No estamos tranquilos, no sabemos lo que realmente puede pasar', lamentó.

Al norte de la ciudad de Mito los semáforos no funcionan en los cruces y casi la totalidad de los puentes o pasos elevados sufren desperfectos por la devastación del terremoto, a lo que hay que añadir la absoluta ausencia de señales de telefonía móvil.

Mito es una de las últimas ciudades camino de la 'zona cero' de Sendai que tiene electricidad, aunque la rutina diaria se ha parado por completo. Seguir más al norte, según Yun, es una temeridad, ya que los que se encuentran allí están incluidos en el penoso recuento de damnificados o víctimas.

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