TENSIÓN

La inesperada renuncia del Gobierno siembra incertidumbre en la transición egipcia

El Gobierno egipcio, encabezado por Hazem el Beblaui, anunció hoy su renuncia por sorpresa, en medio de un aumento del descontento popular por su gestión y a pocos meses de las elecciones presidenciales, todavía sin fecha.

Marina VillénEn un nuevo giro en la accidentada transición egipcia, el Ejecutivo interino -formado en julio pasado tras el golpe militar- presentó su dimisión al presidente del país, Adli Mansur, aunque seguirá en funciones hasta la formación de un nuevo Gobierno.

Beblaui no quiso revelar los motivos de esta decisión, aunque destacó que ha llegado a su fin la primera etapa de la hoja de ruta trazada por los militares tras el golpe de Estado que depuso al islamista Mohamed Mursi.

Aunque reconoció "algunos desequilibrios" en su gabinete, Beblaui subrayó en rueda de prensa que las reformas no las podía llevar a cabo el Ejecutivo solo y que ellos se esforzaron por "sacar al país del estrecho túnel de los problemas de seguridad, políticos y económicos".Sin embargo, parece que esos esfuerzos no fueron suficientes.

En sus reacciones a la renuncia, fuerzas políticas de distinta tendencia coincidieron en criticar el fracaso del Gobierno a la hora de cumplir las demandas populares de mejoras laborales y de seguridad.

El Consejo de Ministros se limitó a apuntar en un comunicado, tras su breve reunión de urgencia, que dimitía "en medio de las actuales circunstancias y con el interés de responder a los requerimientos de esta etapa".

Por su parte, el presidente aceptó la dimisión del Gobierno y agradeció a Beblaui que hubiera asumido la responsabilidad de administrar Egipto en un momento "crítico y difícil", informó la agencia estatal de noticias Mena.

Según el diario estatal "Al Ahram", se espera que Mansur designe nuevo primer ministro al titular de Vivienda, Ibrahim Mehleb, quien negó que por el momento se le haya encargado formar gabinete.

Desde hace semanas se hablaba de una remodelación pequeña del Ejecutivo, pero no de su dimisión en bloque, a la espera de que el ministro de Defensa y jefe del Ejército, Abdelfatah al Sisi, anuncie su posible candidatura a la presidencia, para lo que debería renunciar a su cartera y a integrar las Fuerzas Armadas.

El analista político Mustafa Kamel dijo a Efe que el mariscal y actual "hombre fuerte" de Egipto no quiere que este malestar con el gabinete empañe su eventual candidatura.

Para Kamel, las principales razones de la dimisión del Ejecutivo son las presiones de la opinión pública y de los medios de comunicación por los escasos avances en el ámbito económico y de la seguridad en el país, escenario de frecuentes manifestaciones de los islamistas y de atentados terroristas.

En las últimas semanas también se han sucedido las huelgas en varios sectores, entre ellos de los trabajadores de correos y los conductores de autobuses públicos, para exigir que se les aplique la reciente ley que fija un salario mínimo para los funcionarios.

Pese a esta situación, la renuncia ha pillado por sorpresa, ya que, entre otros motivos, Beblaui -un economista cofundador del Partido Socialdemócrata- tenía previsto viajar a Nigeria de visita oficial dentro de dos días.

El político Jaled Daud, portavoz del liberal Partido de la Constitución, fundado por el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, calificó la dimisión del Gobierno de "inesperada" porque contaban con su mandato hasta las elecciones presidenciales.

Daud explicó a Efe que el gabinete estuvo bajo presión debido al "descontento general" y a las huelgas y consideró, en relación a la posible candidatura de Al Sisi, que no era necesaria la renuncia de todo el Ejecutivo.

En un comunicado, la Alianza para la Defensa de la Legitimidad -de los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines- señaló que Beblaui "no escapará del castigo por sus crímenes contra los egipcios" y acusó a Al Sisi de "deshacerse de sus ayudantes" para mejorar su propia imagen.

El partido salafista Al Nur, que pese a su tendencia islamista respaldó el golpe militar, señaló que el Gobierno de Beblaui fue "muy débil" y se mantuvo "aislado del pueblo", mientras que el movimiento Tamarrud, artífice de las protestas contra Mursi, dio la bienvenida a la dimisión del Ejecutivo.

A su favor, Beblaui citó la aprobación de la Constitución en enero pasado, con la que Egipto ha dado "un gran paso hacia la construcción de una sociedad democrática", en cumplimiento de la hoja de ruta que estipula la celebración de elecciones presidenciales y legislativas.

Con la incógnita abierta sobre el nuevo Gobierno, que deberá conducir al país hacia las presidenciales, todo apunta a que Al Sisi ya no ocupará la cartera de Defensa para tener vía libre a aspirar a la jefatura del Estad

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