Los servicios de inteligencia interceptaron los teléfonos y ordenadores de políticos y funcionarios

Londres espió a sus socios en dos cumbres del G-20 en 2009

Barack Obama y David Cameron durante un encuentro en Irlanda del Norte en el marco de la cumbre del G8. (Foto: K. OKTEN)
El primer ministro británico, David Cameron, no quiso comentar ayer sobre las revelaciones de que los servicios secretos de su país espiaron a las delegaciones que participaron en 2009 en dos cumbres del G20 en Londres.
El diario 'The Guardian' denunció ayer que el centro de escuchas británico GCHQ llevó a cabo un 'espionaje sistemático' por el que se interceptaron los teléfonos de políticos y funcionarios extranjeros participantes en esas reuniones y se vigilaron sus computadoras.

Los documentos fueron entregados al rotativo británico por el exempleado de la CIA Edward Snowden, fuente de las filtraciones sobre el masivo programa de espionaje estadounidense que sacudieron en las últimas semanas al Gobierno de Barack Obama.

En unas declaraciones a la cadena SkyNews desde Lough Erne, cerca de la localidad norirlandesa Enniskillen, donde se celebra la cumbre del G8 (los siete países más industrializados y Rusia), Cameron señaló que el Reino Unido nunca hace comentarios sobre los asuntos relaciones con la seguridad. Al preguntarle si podía garantizar que los participantes al G8 no serán sometidos al mismo espionaje que las delegaciones del G20, el 'premier' insistió en que no pensaba comentar sobre asuntos relacionados con las actividades de inteligencia.

'Nunca comentamos asuntos de seguridad o de inteligencia, y no voy a empezar ahora, eso sería romper algo que ningún Gobierno ha hecho antes', afirmó.

De acuerdo con la información , el objetivo del espionaje en 2009 habría sido conocer con antelación las diferentes posiciones de los países del G20, entre otras de aliados como Sudáfrica o Turquía.

Entre otras prácticas llevadas a cabo, los anfitriones británicos habrían recomendado a los integrantes de esas delegaciones que utilizasen una serie de internet-cafés donde los servicios de inteligencia podían leer los correos electrónicos.

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