Un hombre murió calcinado en un incendio declarado el domingo en la zona central de Portugal, donde centenares de bomberos, apoyados por aeronaves, luchan además contra otros nueve fuegos forestales.
Las autoridades locales de Ourem, a 140 kilómetros al norte de Lisboa, informaron hoy del hallazgo de la víctima mortal del incendio, que estaba desaparecida desde el domingo.
El fuego también destruyó dos casas y una fábrica en la misma localidad lusa y obligó a interrumpir el tráfico ferroviario en la línea que une la capital con el norte del país.
Pese a los esfuerzos de cerca de medio millar de bomberos y una aeronave, las llamas que han asolado varias hectáreas del término municipal de Ourem, aún no han podido ser controladas.
Desde que el incendio se declaró en la mañana del domingo las altas temperaturas del verano y los fuertes vientos registrados en la zona avivaron y extendieron el fuego por varios frentes.
Durante el pasado fin de semana los bomberos se han enfrentado a más de una docena de incendios de proporciones importantes y hoy, además del que sufre Ourem, están activos nueve, entre ellos dos en los distritos de Viseu y Oporto.
El área más afectada por el fuego ha sido de nuevo la mitad norte del país, la más boscosa.
En los siete primeros meses de este año ardieron más de 67.000 hectáreas de monte portugués, el triple de lo registrado el año pasado, según el último balance de las autoridades lusas.
Esos datos, los peores desde 2005, cuando fueron arrasadas por las llamas 92.000 hectáreas, no incluyen todavía los efectos de los muchos incendios registrados en agosto por todo el país.
El fuego también destruyó dos casas y una fábrica en la misma localidad lusa y obligó a interrumpir el tráfico ferroviario en la línea que une la capital con el norte del país.
Pese a los esfuerzos de cerca de medio millar de bomberos y una aeronave, las llamas que han asolado varias hectáreas del término municipal de Ourem, aún no han podido ser controladas.
Desde que el incendio se declaró en la mañana del domingo las altas temperaturas del verano y los fuertes vientos registrados en la zona avivaron y extendieron el fuego por varios frentes.
Durante el pasado fin de semana los bomberos se han enfrentado a más de una docena de incendios de proporciones importantes y hoy, además del que sufre Ourem, están activos nueve, entre ellos dos en los distritos de Viseu y Oporto.
El área más afectada por el fuego ha sido de nuevo la mitad norte del país, la más boscosa.
En los siete primeros meses de este año ardieron más de 67.000 hectáreas de monte portugués, el triple de lo registrado el año pasado, según el último balance de las autoridades lusas.
Esos datos, los peores desde 2005, cuando fueron arrasadas por las llamas 92.000 hectáreas, no incluyen todavía los efectos de los muchos incendios registrados en agosto por todo el país.
