CRÓNICA

Nadie asume la matanza

photo_camera Francotiradores en la azotea de un ediicio frente a la imprenta en la localidad de Dammartin-en-Goele.

Por el momento nadie se ha responsabilizado de la autoría de la matanza cometida el pasado día 7 en la sede del semanario satírico francés "Charlie Hebdo", que era alabada por el grupo yihadista Estado Islámico, aunque su "modus operandi" parece corresponderse más bien con el de Al Qaeda

Los hermanos Said y Cherif Kouachi, autores del asesinato de doce personas en la revista satírica, murieron ayer en el asalto de las fuerzas especiales a la imprenta donde se habían atrincherado, al igual que el presunto autor del asesinato de una agente de policía local y del asalto y toma de rehenes en un supermercado judío en el este de París, Amedy Coulibali. Ahora queda por ver si ambos actos están conectados, pero, en cualquier caso, la matanza de "Charlie Hebdo" recibió las bendiciones del EI, que calificó de "héroes" a sus autores a través de su emisora de radio por internet "Al Bayán".

El pasado junio, el EI (hasta entonces conocido como Estado Islámico de Iraq y el Levante, ISIS, y anteriormente como Al Qaeda en Iraq), liderado por Abu Bakr Al Bagdadi, rompe las amarras con la matriz y surge como un grupo nuevo, con un concepto mucho más claro en el ámbito político que también lo hace distinto: el del califato como una realidad geopolítica concreta y con fines expansivos. El EI difunde su idea en las redes sociales mediante un aparato de propaganda bien organizado, con unos medios técnicos sofisticados y un lenguaje perfectamente inteligible, en el que las citas coránicas y las metáforas de complejo contenido teológico, propias de Al Qaeda, dan paso a mensajes concretos, basados en la idea del califato como un fin y la yihad como un medio para obtenerlo. Esas ideas calan hondo entre muchos jóvenes tanto en Oriente Medio o en Asia, como en Occidente, en varios de cuyos países habitan amplias comunidades de origen norteafricano, de religión musulmana en su mayoría.

No obstante, el Estado Islámico no exhorta (ni tampoco prohíbe) a sus seguidores a cometer atentados en Occidente, sino que prefiere extenderse paulatinamente mediante una acción de conquista, que debe empezar por las zonas donde actualmente está librando una guerra de la que puede sacar amplios réditos. Por el contrario, Al Qaeda comete atentados allí donde puede, con especial predilección por los países occidentales. En Al Qaeda (y en esto sí hay diferencias con otras organizaciones terroristas), casi nunca hay directrices ni órdenes directas o verticales para cometer un atentado, sino que este, por definición, tendrá las "bendiciones" de la cúpula de la organización siempre y cuando dicha acción cumpla con los requisitos preestablecidos. El criterio de Al Qaeda consiste en atemorizar a Occidente con acciones concretas que pretenden causar conmoción y pavor. No aspira a implantar el califato, ni ningún sistema político concreto, sino que busca que los occidentales se sientan atemorizados y cohibidos sus aliados en el mundo árabe y musulmán.

No obstante, a ninguna de las dos organizaciones le viene mal la comisión de atentados como los perpetrados en París. El "modus operandi" de Al Qaeda se revela en la actuación de los hermanos Said y Cherif Kouachi, presuntos autores del atentado contra "Charlie Hebdo", al parecer los mismos de la toma de rehenes en la imprenta. Dan un golpe contra un medio de comunicación que había publicado varias viñetas satíricas en las que se mencionaba al profeta Mahoma y con ello creen "haber vengado" la ofensa inferida. En realidad, nadie probablemente ordenó a los hermanos Kouachi cometer ese atentado. Lo hicieron en solitario pero sabiendo que contaban con el beneplácito de Al Qaeda y con las bendiciones del EI.

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