Nápoles se rebela contra el mayor vertedero de Europa

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, prometió ayer resolver en diez días la situación que se creó en las localidades de Terzigno y Boscoreale, en la provincia de Nápoles, donde desde hace días se vive una auténtica guerrilla urbana contra la apertura de un vertedero. 'Prevemos que en 10 días la situación volverá a la normalidad', anunció Berlusconi tras reunirse ayer con el Delegado de Gobierno de Campania, Stefano Caldoro; el jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso; y los ministros de Economía, Interior y de Medioambiente.
Los residentes de las localidades de Terzigno y Boscoreale, a unos 20 kilómetros de Nápoles y situadas en el parque nacional del Vesubio, protestan contra la construcción de un nuevo vertedero en la zona, que se convertirá en el mayor de Europa.

Además de los duros enfrentamientos con la Policía, que causaron heridos y varios detenidos en esta semana, los bloqueos a los camiones de la basura para que descarguen los deshechos en el vertedero de Terzigno están provocando que montañas de desperdicios se empiecen a acumular en la provincia y en la ciudad de Nápoles.

Aunque Berlusconi, que rechazó hablar de 'una nueva emergencia' como solución para resolver el problema, anunció que retirará la contrata del vertedero de Terzigno a la actual empresa, Asia, y mandará a la Protección Civil y a su director, Guido Bertolaso, para que se ocupe de su gestión.

Berlusconi garantizó la entrega de 14 millones de fondos de compensación para Terzigno ante la realización del basurero y aseguró a los vecinos que 'no existe preocupación alguna para su salud' y que dentro de diez días 'no habrá más emanaciones malolientes'.

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