La fortaleza del euro ha llevado a los narcotraficantes a reforzar sus negocios en Europa, donde obtienen grandes beneficios de una cocaína que pagan en dólares y venden en euros y cuyo consumo está en alza, según denuncias de Perú.
El presidente de la Comisión Nacional peruana para Desarrollo y Vida sin drogas (Devida), Rómulo Pizarro, dijo en una entrevista que la permisividad que hay en el viejo continente con la cocaína ha disparado su consumo en los últimos años.
Al igual que muchos europeos compran en EEUU todo tipo de artículos por internet para aprovechar sus bajos precios en dólares, los traficantes adquieren la cocaína barata, pagando en la moneda americana, y la venden cara, en euros, por las calles de Londres, Madrid, Roma o París.
Pizarro presentó esta semana en Lisboa un programa conjunto con Colombia, para concienciar a los europeos del daño que hacen las drogas en los países productores, como los miles de hectáreas de selva arrasadas por el cultivo ilegal de coca.
En Perú, que junto a Colombia y Bolivia, es uno de los mayores productores de esa planta, el 70 por ciento de su cocaína va a Europa y sólo un 10 por ciento a EEUU, señaló Pizarro.
Por esa causa, agregó, además de los buenos resultados del programa antidrogas peruano, Washington ya informó a Lima de que va a reducir la ayuda contra el narcotráfico de 90 millones anuales a 65 o 70.
La nueva prioridad de EEUU es ayudar a México, señaló el presidente de Devida, al lamentar que, en esa materia, de la UE como bloque en los últimos años no ha habido casi cooperación, no podríamos decir si crece o se mantiene porque no ha habido.
Pero es en Europa donde el narcotráfico tiene ahora sus principales negocios y donde el consumo, que en una semana abarca dos millones de europeos, amenaza con convertirse en un gravísimo problema y entrar en la economía.
Pizarro aseguró que el Reino Unido y España están a la cabeza de ese consumo, una apreciación con la que coincidió el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, que representó a Bogotá en la visita conjunta a Portugal.
Ambos inauguraron en Lisboa una exposición centrada en los destrozos ambientales de la droga en la selva virgen, donde causa talas masivas y derrames de miles de litros de las sustancias químicas contaminantes con las que procesa la hoja de coca.
En Europa no hay conciencia, se quejó, de que cada dosis aspirada por alguno de los famosos de cuya adicción se habla en la prensa destruye un pedazo del mayor pulmón verde de la Tierra, que está en la Amazonía.
A Pizarro le gustaría ver en las organizaciones no gubernamentales europeas la misma actitud ante ese crimen contra la naturaleza que la mostrada contra el uso de pieles animales o vertidos marinos.
El propósito de Perú y Colombia con su iniciativa, que irá a otras ciudades europeas, es precisamente mostrar los problemas que sufren nuestros países, los llamados productores, por la acción del narcotráfico, que involucra medio ambiente, corrupción y violencia.
Las medidas tomadas hasta ahora -afirmóse refieren al consumo, prevención e interdicción y miran las rutas de la droga, pero hay que llegar más allá y ver que pasa en los países que producen, aádió.
El narcotráfico no tiene fronteras, ni connotaciones políticas, sólo busca consumidores, que son una parte de la cadena cuyo último eslabón es un campesino que siembra por necesidad.
Pizarro resaltó que Perú ha tenido éxito en sus programas antidrogas y hoy día los cultivos legales son mayores a los ilegales gracias a que son rentables y luchan contra la pobreza.
Es un modelo nuevo, integral y sostenible. El famoso desarrollo alternativo estaba vinculado sólo a sustituir cultivos, pero si luego no entraban al mercado el campesino volvía a sembrar.
Los países productores, concluyó, tienen claro su responsabilidad pero esperan apoyo y recursos de Europa para defender el medio ambiente no sólo con automóviles híbridos o compensación de emisiones sino protegiendo a la Amazonía de los narcotraficantes.
Al igual que muchos europeos compran en EEUU todo tipo de artículos por internet para aprovechar sus bajos precios en dólares, los traficantes adquieren la cocaína barata, pagando en la moneda americana, y la venden cara, en euros, por las calles de Londres, Madrid, Roma o París.
Pizarro presentó esta semana en Lisboa un programa conjunto con Colombia, para concienciar a los europeos del daño que hacen las drogas en los países productores, como los miles de hectáreas de selva arrasadas por el cultivo ilegal de coca.
En Perú, que junto a Colombia y Bolivia, es uno de los mayores productores de esa planta, el 70 por ciento de su cocaína va a Europa y sólo un 10 por ciento a EEUU, señaló Pizarro.
Por esa causa, agregó, además de los buenos resultados del programa antidrogas peruano, Washington ya informó a Lima de que va a reducir la ayuda contra el narcotráfico de 90 millones anuales a 65 o 70.
La nueva prioridad de EEUU es ayudar a México, señaló el presidente de Devida, al lamentar que, en esa materia, de la UE como bloque en los últimos años no ha habido casi cooperación, no podríamos decir si crece o se mantiene porque no ha habido.
Pero es en Europa donde el narcotráfico tiene ahora sus principales negocios y donde el consumo, que en una semana abarca dos millones de europeos, amenaza con convertirse en un gravísimo problema y entrar en la economía.
Pizarro aseguró que el Reino Unido y España están a la cabeza de ese consumo, una apreciación con la que coincidió el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, que representó a Bogotá en la visita conjunta a Portugal.
Ambos inauguraron en Lisboa una exposición centrada en los destrozos ambientales de la droga en la selva virgen, donde causa talas masivas y derrames de miles de litros de las sustancias químicas contaminantes con las que procesa la hoja de coca.
En Europa no hay conciencia, se quejó, de que cada dosis aspirada por alguno de los famosos de cuya adicción se habla en la prensa destruye un pedazo del mayor pulmón verde de la Tierra, que está en la Amazonía.
A Pizarro le gustaría ver en las organizaciones no gubernamentales europeas la misma actitud ante ese crimen contra la naturaleza que la mostrada contra el uso de pieles animales o vertidos marinos.
El propósito de Perú y Colombia con su iniciativa, que irá a otras ciudades europeas, es precisamente mostrar los problemas que sufren nuestros países, los llamados productores, por la acción del narcotráfico, que involucra medio ambiente, corrupción y violencia.
Las medidas tomadas hasta ahora -afirmóse refieren al consumo, prevención e interdicción y miran las rutas de la droga, pero hay que llegar más allá y ver que pasa en los países que producen, aádió.
El narcotráfico no tiene fronteras, ni connotaciones políticas, sólo busca consumidores, que son una parte de la cadena cuyo último eslabón es un campesino que siembra por necesidad.
Pizarro resaltó que Perú ha tenido éxito en sus programas antidrogas y hoy día los cultivos legales son mayores a los ilegales gracias a que son rentables y luchan contra la pobreza.
Es un modelo nuevo, integral y sostenible. El famoso desarrollo alternativo estaba vinculado sólo a sustituir cultivos, pero si luego no entraban al mercado el campesino volvía a sembrar.
Los países productores, concluyó, tienen claro su responsabilidad pero esperan apoyo y recursos de Europa para defender el medio ambiente no sólo con automóviles híbridos o compensación de emisiones sino protegiendo a la Amazonía de los narcotraficantes.
