Miles de personas homenajearon con flores a las 77 víctimas mortales de los atentados de Oslo

Los noruegos recordaron con emoción su viernes trágico

Una multitud muestra rosas en Oslo, durante el acto para recordar a las 76 víctimas del atentado. (Foto: ERLEND )
El centro de Oslo se cubrió ayer de nuevo de flores, una semana después del doble atentado de Anders Behring Breivik, con la catedral como epicentro de un dolor compartido, pero plasmado asimismo en ofrendas florales espontáneas en centenares de puntos de la ciudad. Desde las vallas de protección junto al complejo gubernamental donde explotó el coche bomba, a las 15.26 hora españoladel viernes pasado, a las farolas de las calles adyacentes, escalinatas de edificios públicos, portales privados y hasta papeleras: cualquier punto de la ciudad era bueno para testimoniar la tragedia colectiva.
'No perdí a ningún ser querido en los atentados. Pero el dolor es de todos nosotros, noruegos o personas de tránsito por la ciudad', comentó Ingvild Bjarket, funcionaria del Ministerio de Energía, mientras colgaba una rosa en una señal de tráfico, tras el cordón de protección policial Bjarket, de 46 años, lleva tres ramos en la cesta de su bicicleta, que piensa repartir por otros tantos lugares de la ciudad este viernes. Una semana después de la explosión, aún no acudió a su puesto de trabajo, el edificio más afectado por la detonación de la camioneta con 500 kilos de carga explosiva que aparcó Breivik en el complejo gubernamental, para seguir viaje luego, en un automóvil alquilado, a la isla de Utøya, a unos 40 kilómetros de distancia.

'Utøya era nuestra isla y lo seguirá siendo. Ahí esperamos volver el próximo verano', afirmó Rolf, un muchacho de 16 años vestido ayer de luto riguroso, con un impecable traje negro y un pin en la solapa con las letras AUF, las iniciales de la juventudes socialdemócratas.


PRIMER FUNERAL

Bano Abobakar Rashid, de 18 años fue la primera víctima del tiroteo en la isla de Utøya en ser enterrada. El primer sepelio se celebró en la pequeña localidad de Nesodden, donde 300 personas lloraronla muerte de Bano Rashid, una joven de 18 años y origen iraquí, que llegó a Noruega en 1996. El funeral de esta joven, que se convirtió en un símbolo de la integración en el país escandinavo,estuvo oficiado por un imán y una pastora, y a él acudió el ministro de exteriores, Jonas Gahr Store.

Por otra parte, la Policía noruega anunció ayer que las 77 víctimas del doble atentado ya están identificadas y que sus nombres se darán a conocer en breve. 'Todas las víctimas han sido identificadas y el número de muertos y desaparecidos se corresponde', declaró en rueda de prensa Johan Fredriksen, uno de los máximos responsables de la policía de Oslo. Agregó que las fuerzas de seguridad están 'trabajando para contactar e informar a todos los familiares'.

Mientras tanto, el fiscal de la Policía Pal-Fredrik Hjort Kraby anunció que dos psiquiatras forenses comenzarán la semana que viene a estudiar el estado mental de Anders Behring Breivik, el autor confeso de los atentados y que deberán determinar antes del próximo 1 de noviembre si puede ser declarado penalmente responsable.

Por último, llamó a la población a hacer llegar a la policía cualquier pista sobre el atentado con coche bomba contra el distrito gubernamental de la capital que costó la vida a ocho personas.

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