En la segunda jornada de una visita de Estado de tres días a Londres, el presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, se comprometieron a no cejar en la presión contra el líder libio Muamar el Gadafi y advirtieron de que la paz en Oriente Medio requerirá 'compromisos dolorosos'. Ambos mandatarios se reunieron por la mañana en el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, para tratar asuntos como la intervención de la OTAN en Libia, la situación en Oriente Medio o la guerra en Afganistán.
Tras su encuentro,ambos reiteraron la necesidad de que el coronel Gadafi abandone el poder y que las fuerzas aliadas continuarán sus operaciones mientras sea necesario. 'Estamos de acuerdo en que deberíamos incrementar la presión en Libia', dijo Cameron y subrayó que el objetivo sigue siendo 'proteger al pueblo libio'. Obama descartó la posibilidad de incrementar los recursos que destina a la misión. Rechazó el envío de tropas de tierra a participar en el conflicto y dejó claro que la misión se prolongará todo el tiempo que sea necesario, sin 'plazos artificiales'. Ambos mandatarios dedicaron tiempo a la situación en Oriente Medio y a lo que, según Obama, es el 'urgente imperativo' de retomar las negociaciones entre israelíes y palestinos. 'La paz es posible, pero ambas partes deberán adoptar 'compromisos dolorosos y será con acciones directas con Israel. '. Hicieron un llamamiento al presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, para cumplir sus compromisos y entregar el poder y aseguraron que en la cumbre del G8 en Deauville (Francia) en la que ambos participarán hoy planterán apoyo económico y político a las democracias emergentes en Oriente Medio. El presidente concluía su jornada con una cena en honor de la reina Isabel II.
