Raúl Castro le quita decibelios al discurso de las reformas

Raúl Castro, durante el discurso. (Foto: Alejandro Ernesto)
El presidente de Cuba, Raúl Castro, le ha bajado, y mucho, los decibelios al discurso de las reformas que él mismo esgrimió como carta de presentación hace exactamente un año, en Camagüey -centro de Cuba-, en momentos en los que ejercía provisionalmente la máxima magistratura del país.
Con una gigante fotografía de Fidel Castro a sus espaldas, el presidente confirmó el sábado, en Santiago de Cuba y en el día más señalado del calendario de la revolución, que, de momento, no hay nada nuevo en el horizonte con relación a las ‘reformas estructurales’ que clamó como necesarias hace doce meses.

En su discurso advirtió a los cubanos de que no se deben acostumbrar a recibir solo noticias buenas, pintó un sombrío panorama mundial que impacta en la isla y repasó la marcha de algunas medidas. Pero, de nuevas reformas, nada de nada.

Analistas consultados subrayaron la ausencia de cuestiones extranjeras en su discurso y de asuntos como la inversión foránea, que tuvieron cabida en la alocución de Raúl Castro el año pasado.

Sólo una mención a Estados Unidos: para decir que ‘junto a la producción, la defensa continuará sin descuidarse’ en Cuba, pese a las elecciones que se celebrarán en ese país en noviembre próximo.

Un punto que contrasta con su llamamiento en Camagüey a la nueva administración estadounidense a elegir entre la ‘absurda, ilegal y fracasada política contra Cuba’ o aceptar ‘el ramo de olivo’ ofrecido para resolver el largo ‘diferendo’ en la mesa de negociaciones.

‘Lo único que hay es agua’, dijo un analista americano, en alusión a la gran parte del discurso que Raúl Castro dedicó a explicar la situación de las obras hidráulicas en el oriente del país y su anuncio de que, en 2010, los santiagueros tendrán resueltos sus problemas en ese apartado.

El discurso confirma, además, el tono más austero ya insinuado hace quince días en el Parlamento cubano, en su presentación como presidente del país.

‘Al que se había animado con lo de las reformas, ve el discurso de la Asamblea y ahora esto, y no es como para que esté muy convencido’, manifestó otro observador europeo.

Raúl Castro ratificó su intención de seguir consultando ‘los problemas y tareas fundamentales’ con el pueblo, en particular con los trabajadores, y afirmó que se buscarán las mejores soluciones, sin preocuparse ‘por quienes en el exterior intentan sacar partido de esos debates’.

En su intervención, Raúl Castro, que fue presentado por el locutor oficial como segundo secretario del Partido Comunista y presidente, citó con frecuencia a su hermano Fidel, que cumplirá 82 años el mes próximo y, pese a abandonar el poder en febrero tras casi medio siglo, aún es primer secretario del partido.

Además, reiteró que la revolución cubana es ‘socialista’ y que él no traicionará jamás a los mártires de la revolución.

Raúl Castró cerró su alocución con una dedicatoria al líder de la revolución, convaleciente de una grave enfermedad desde que hace exactamente dos años abandonó la tribuna de oradores en Holguín, en una jornada que había comenzado en Bayamo con el discurso de la Rebeldía Nacional.

La segunda sesión de la Asamblea, en diciembre próximo, será el siguiente momento en que Raúl Castro pasará revista a la marcha del país.

En su discurso de asunción presidencial, el 24 de febrero pasado, el general anunció una reforma estructural de los órganos de la Administración del Estado, algo en lo que el Gobierno sigue trabajando.

También entonces, afirmó que su prioridad sería satisfacer las necesidades básicas de la población, mientras que el Gobierno está ya examinando ‘la progresiva, gradual y prudente revaluación del peso cubano’.

Ahora, en Santiago de Cuba, Raúl Castro no habló ni de la marcha de la reforma administrativa ni de los planes del Gobierno para resolver los problemas de la dualidad monetaria.

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