Numerosos profesionales fueron detenidos o agredidos mientras informaban de las protestas

El régimen egipcio intenta silenciar a los periodistas

Un grupo de soldados se intercala entre los partidarios y los detractores de Mubarak. (Foto: KHALED ELFIQI)
La revolución egipcia alcanza a la prensa internacional. Los seguidores del presidente Hosni Mubarak intentan silenciar las voces de los periodistas internacionales, acogiéndose a la política del 'todo vale'. Mientras, la policía militar del país de Oriente Próximo retuvo durante cinco horas a dos equipos del programa '30 minuts' de Televisió de Catalunya (TCV).
Uno de sus compañeros, Joan Roura, fue agredido en directo por un partidario del dirigente. Rosa Molló, corresponsal de TVE, explicó que la situación llega a tal punto que la prensa tiene que quedarse en los hoteles. También reporteros de la CNN fueron víctimas de este bando. El peor parado fue Anderson Cooper, 'golpeado diez veces en la cabeza cuando una turba de partidarios de Mubarak le rodeó a él y a su equipo', explicaron.

Eduard Sanjuán, director de '30 minuts'; los reporteros Roser Oliva y Lluís Jené; la realizadora Mireia Pigrau; la productora Sandra Rierola; y el operador de imagen Walter Ojeda. Todos ellos fueron detenidos en el mediodía del jueves por la policía militar egipcia y permanecieron durante cinco horas en esa situación. En el momento del arresto, se encontraban rodando un capítulo protagonizado por la revolución contra Mubarak. Según afirmó el director del programa al canal 3/24, en un primer momento pensaron que la policía pretendía protegerlos. Después, fueron acusados de ser instigadores de la revuelta y espías y sus intérpretes fueron tachados de 'traidores'.

Las enviadas especiales Laura Caro (ABC y Punto Radio) y Beatriz Mesa (COPE) también fueron detenidas el jueves, y puestas en libertad poco después. De hecho, en el caso de la segunda, tuvo que visitar la comisaría en dos ocasiones a lo largo de la mañana.

Uno de los periodistas de TV3 que se libraron del arresto fue agredido mientras informaba en directo desde encima de un tanque situado en el meollo de la manifestación, en la plaza Tahrir.

No fue el único español atacado. La corresponsal de TVE Rosa María Molló resultó herida mientras cubría el conflicto,. Un grupo de civiles detuvo el taxi en el que viajaba y la obligó a bajar y al identificarse como reportera, la agredieron y le robaron el material.

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