El primer ministro Ghanuchi, que asumió interinamente el poder, prometió respetar la Constitución y recuperar la estabilidad

La revuelta popular en Túnez hace huir del país al presidente Ben Alí

Miles de personas volvieron a salir a las calles de la capital tunecina. (Foto: LUCAS DOLEGA)
El jefe de Estado tunecino, Zine el Abidine Ben Alí, abandonó ayer el país y el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, asumió la presidencia interina, en medio de los mayores disturbios que vive Túnez en su historia, con decenas de muertos.
Ben Alí, quien permaneció en el poder 23 años, dejó Túnez y el Ejército tomó momentáneamente el control de la situación, según fuentes gubernamentales, horas después de que anunciara la disolución del Gobierno y convocara elecciones legislativas anticipadas en un plazo de seis meses. Sin embargo, poco después abandonaba el país y asumía la presidencia interina el primer ministro, quien se comprometió a respetar la Constitución y restaurar la estabilidad. De momento, Francia 'no ha recibido ninguna petición de acogida' del hasta ahora presidente de túnez, según informó ayer el Ministerio de Exteriores.

'Conforme al artículo 56 de la Constitución y en vista de la dificultad del jefe del Estado para asegurar la gobernabilidad del país, asumo a partir de este momento el cargo de presidente interino', dijo Ghanuchi en una breve intervención junto a los presidentes del Congreso, Fuad Mabaza, y de la Cámara de Consejeros (Senado), Abdelah Kallel, desde el Palacio Presidencial de Cartago.

Ghanuchi, de 69 años, hizo un llamamiento a los tunecinos 'de todas las sensibilidades políticas y regionales', les instó a 'demostrar su patriotismo y su unidad' y se comprometió a 'poner en marcha todas las reformas sociales y políticas que han sido anunciadas en colaboración con los partidos políticos y los actores de la sociedad civil'.


PROTESTAS DESDE DICIEMBRE

El presidente interino, quien goza de una relativa buena reputación como tecnócrata y no se ha visto involucrado en los casos de corrupción del régimen, pretende así hacer frente a los disturbios que se registran en Túnez desde hace casi un mes. En estos días se sucedieron las manifestaciones y, ayer mismo, miles de personas se concentraron frente a la sede del Ministerio del Interior para pedir la salida del poder de Ben Ali, antes de ser disueltos por la policía, protestas que se repitieron en otras regiones del país.

El Gobierno tunecino decretó ayer el estado de excepción en todo el país con un toque de queda desde las 17,00 hasta las 06,00 hora local y con la prohibición de toda concentración de personas en la vía pública.

Las manifestaciones se desencadenaron en diciembre de 2010, a consecuencia de la subida de los precios de artículos de primera necesidad, el fuerte aumento del desempleo, la corrupción y la ausencia de libertad de expresión y tras quemarse a lo bonzo un joven en paro al que la policía le había confiscado el carrito en el que vendía verdura.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español emitió ayer una nueva recomendación ante los disturbios que se viven en Túnez para que no se viaje a este país por el momento y aconseja a los españoles que residen en él que no salgan de sus domicilios u hoteles. Según las cifras de este departamento, en el país residen alrededor de 600 españoles, pero es difícil calcular la cifra de turistas que se encuentran de visita. Paralelamente, un centenar de turistas británicos evacuados de Túnez por las agencias de viajes Thomas Cook y First Choice empezaron a llegar ayer al Reino Unido en vuelos fletados por estas compañías. Las primeras personas repatriadas expresaron su alivio al volver a Gran Bretaña por los disturbios en el país.

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