Sarkozy dice que quería poner al país 'de rodillas'

Miles de personas acudieron ayer a un cementerio de Jerusalén para asistir al funeral por el rabino y los tres niños que murieron tiroteados frente a un colegio judío de la ciudad de Toulouse, en el sur de Francia. Además, el presidente galo, Nicolas Sarkozy, destacó, durante un acto de homenaje a los tres militares que fueron asesinados la semana pasada, que el sospechoso de los crímenes 'quería que la República se arrodillara'.
Israel enterró a las cuatro víctimas de la matanza del lunes en la entrada de la escuela judía con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Alain Juppé, y los ministros del Interior, de Justicia y de Servicios Religiosos de Israel, Eli Yishai, Yaakov Ne'eman y Yaakov Margi, respectivamente. Juppé, que se reunió con el presidente israelí, Simon Peres, señaló en el funeral que estos crímenes han 'conmocionado' a toda Francia. 'Vuestra pena y vuestro dolor son los nuestros también', declaró el ministro.

El presidente de Francia Nicolas Sarkozy, había declarado por la mañana en la ceremonia de homenaje a los tres militares asesinados en Toulouse y Montauban que estos fueron víctimas de 'una ejecución terrorista' con la que se quería poner 'a toda la República de rodillas'.

El francés de origen magrebí Mohamed Merah planeaba volver a matar hoy, según reveló Sarkozy poco antes de la ceremonia militar en una reunión con representantes de la comunidad judía en Toulouse. 'Francia ha cumplido con su deber y la Justicia mañana cumplirá con el suyo', dijo. El presidente indicó que aunque el responsable de los hechos se fijó por objetivo atacar a ciertas comunidades, los muertos 'son soldados, niños y franceses'.

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