El autor de la matanza es un sargento que había estado anteriormente en Irak

Los talibán prometen 'venganza' y el Parlamento afgano exige un juicio público

 Afganos trasladan los cadáveres de afganos asesinados presuntamente por un soldado estadounidense.

El ataque perpetrado el domingo por un soldado estadounidense afgano en el que han muerto al menos 16 civiles en Kandahar ha elevado al máximo la tensión en Afganistán.

Los talibán han prometido 'venganza' por lo ocurrido, mientras que el Parlamento afgano ha exigido que el responsable de la matanza, un sargento que llevaba al menos once años en el Ejército y que había estado desplegado anteriormente en Irak, sea sometido a un juicio público en el país.

En un comunicado, los talibán condenan que 'una vez más' los 'salvajes estadounidenses' han cometido este domingo una 'acción bárbara' matando a ciudadanos 'indefensos', en su mayoría mujeres, niños y ancianos en el distrito de Panjwai que 'no planteaban ninguna amenaza para ellos ni militar ni de seguridad'.

Además, denuncian que 'los terroristas estadounidenses quieren plantear la excusa de que el autor de este crimen inhumano (...) era un enfermo mental'. Si esto fuera cierto, añaden, supondría que el Ejército estadounidense está 'armando a lunáticos en Afganistán que vuelven sus armas contra afganos indefensos sin pensárselo dos veces'.

En este sentido, los talibán se preguntan si existe algún tipo de regla militar en el mundo que permita 'armar a personas inestables (...) y que se les dé la labor del llamado mantenimiento de paz'.

Así las cosas, el Emirato Islámico de Afganistán -nombre oficial de los talibán- garantiza a los familiares de las víctimas que 'se vengará de los invasores y de los salvajes asesinatos de todos y cada uno de los mártires con la ayuda de Alá y que recibirán un castigo por sus acciones bárbaras'.

También, el Parlamento afgano ha condenado este lunes la muerte de los 16 civiles afganos y ha advertido que el país ha 'perdido la paciencia' con las acciones 'arbitrarias' de las fuerzas extranjeras.

Según el diario digital afgano 'Khaama', alrededor de 120 parlamentarios condenaron este lunes la matanza y declamaron el procesamiento, urgente y público, de los responsables, así como la formación de una comisión de investigación sobre estos hechos.

Por su parte, la agencia afgana de noticias Pajhwok ha informado que la Wolesi Jirga (la cámara baja del Parlamento) ha decidido las sesiones previstas para este lunes en protesta por la matanza y ha expresado su indignación por este 'cruel ataque'.

El representante por Kandahar, Hamidzai Lalai, ha reclamado la dimisión del presidente afgano, Hamid Karzai, por su incapacidad para garantizar la seguridad y ha rechazado la versión oficial norteamericana, que ha atribuido la matanza a un soldado mentalmente inestable. Según el parlamentario, el autor de los disparos se había alejado cinco kilómetros de su base y regresó posteriormente tras el incidente.

EL ESTADO MENTAL DEL SOLDADO

El autor de la matanza es un sargento que llevaba al menos once años en el Ejército y que había estado desplegado anteriormente en Irak, según las escasas informaciones que se tienen sobre su identidad.

Según otra versión, proporcionada por testigos afganos, señala como autores de la masacre a un grupo de 'soldados estadounidenses borrachos' que, tras acribillar a las víctimas, incineraron sus cuerpos para hacer desaparecer las pruebas del delito.

Por el momento, el portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), teniente coronel Jimmie Cummings, se ha limitado a indicar que la matanza fue obra de un solo hombre y que éste está 'bajo custodia'.

Al parecer, el militar abandonó su base de madrugada y tras caminar más de un kilómetro llegó a la localidad, donde probó puerta por puerta y entró en tres viviendas. En una de ellas, según los testigos, mató a once personas, entre ellas cuatro niñas menores de seis años, y a continuación les prendió fuego.

Un alto cargo militar de la base ha indicado al diario que el autor de la matanza, que se entregó voluntariamente tras los hechos, es un sargento que forma parte de una unidad con base en Lewis-McChord, cerca de Tacoma (Washington) y que participaba en una operación de estabilización local en Afganistán.

Por el momento siguen sin estar claros los motivos que le llevaron a actuar de este modo. En declaraciones a la CNN, otro portavoz de la ISAF, el capitán John Kirby, ha indicado que 'entre las cosas que se están investigando' figura el estado mental y el historial médico del autor de la matanza.

'Se trata de un soldado que llevaba un tiempo en el Ejército y había estado desplegado (en el extranjero) antes', ha subrayado. 'Este no era su primer despliegue, pero en lo que se refiere a los motivos concretos que le llevaron a actuar así, todavía no podemos decir nada', ha añadido.

Por su parte, el Ejército estadounidense no identificará al soldado que está siendo investigando hasta que no se presenten cargos en su contra, ha informado este lunes el Pentágono.

Según el portavoz del Pentágono, George Little, sería 'realmente inadecuado' dar a conocer el nombre antes de que se presenten cargos. Preguntado sobre si se entregará al soldado a las autoridades afganas para que le juzguen, Little ha defendido que el Ejército norteamericano tiene medios 'muy fuertes' para abordar este tipo de crímenes.

Por otro lado, la muerte de los civiles afganos podría frustrar la firma de un acuerdo estratégico entre Afganistán y Estados Unidos, según ha informado a Reuters un funcionario de Washington. Ambos países llevan un año negociando un Acuerdo de Asociación Estratégica, con el que pretenden establecer el marco legal para la presencia de un reducido grupo de militares estadounidenses en el país asiático tras la retirada de las tropas internacionales, en 2014.

Además, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ya ha telefoneado a su homólogo afgano, Hamid Karzai, para expresarle su 'conmoción y tristeza' por esta matanza, al tiempo que ha reiterado el compromiso de su Gobierno con la investigación de los hechos para que los implicados asuman sus responsabilidades.

Entretanto, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha señalado que Obama está 'muy preocupado' por la seguridad de las tropas estadounidenses desplegadas en Afganistán tras lo ocurrido el domingo.



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