Un cortejo fúnebre multitudinario aviva las protestas contra el gobierno turco

 Una multitud de ciudadanos carga con el féretro de Berkin Elvan durante su funeral
photo_camera Una multitud de ciudadanos carga con el féretro de Berkin Elvan durante su funeral

A menos de veinte días de las elecciones municipales consideradas cruciales para el futuro de Turquía, vuelve a crecer en el país eurasiático la tensión política y la ira contra del gobierno islamista del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

Ilya U. TopperDecenas de miles de personas acudieron hoy en Estambul al entierro de Berkin Elvan, la víctima más joven de las protestas sociales del parque Gezi, fallecido el martes a los 15 años de edad tras nueve meses de coma.

Al mismo tiempo, en el resto del país salieron cientos de miles a las calles para expresar su solidaridad con la familia y su malestar con el Gobierno, lo que condujo a numerosos enfrentamientos con la policía.

Por la noche, las emisoras locales informaron de que en el centro de Anatolia murió un agente de la policía durante la represión de una manifestación.

El policía, de 30 años de edad, falleció tras sufrir un infarto a causa de la inhalación de los gases lacrimógenos usados por las fuerzas del orden para dispersar a los manifestantes en el centro de la ciudad de Tunceli.

En Estambul, el padre del joven fallecido ayer declaró ante la multitud: "hemos enviado a Berkin a la eternidad. Mi Berkin se ha ido, pero ahora tengo a millones de Berkin".

El joven se ha convertido en todo un símbolo de la resistencia contra Erdogan, al que sus críticos acusan de corrupto y poco dialogante, para no decir autoritario.

El 16 de junio de 2013 un bote de gas, supuestamente disparado por la policía turca, golpeó la cabeza de Berkin cuando salía de su casa para comprar una barra de pan.

En la recta final de la campaña electoral, la muerte del joven le ha devuelto fuerza a las manifestaciones contra Erdogan y su partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP).

Universidades y colegios proclamaron para hoy una huelga y decenas de miles de personas se concentraron en las plazas céntricas de muchas ciudades turcas.

Corearon eslóganes como "Berkin Elvan no ha muerto", "Berkin Elvan es nuestro orgullo" o "El asesino de Berkin es el AKP" e incluso distribuyeron un "retrato robot del asesino", con la cara del primer ministro.

"No puedo decir que Dios se haya llevado a mi Berkin. Tayyip Erdogan se ha llevado a mi hijo", dijo hoy la madre del joven.

Según destacaron varias emisoras hoy, el funeral de Berkin fue el más multitudinario desde el entierro del periodista turco de origen armenio Hrant Dink en 2007.

La figura del adolescente muerto a manos de la policía ha logrado aglutinar a cientos de miles de turcos, precisamente porque se trata de alguien que ni siquiera estaba involucrado en las protestas, explicó a Efe durante la marcha de hoy la publicista Pinar Yasar.

"Era un chaval que sólo fue a comprar el pan, no hace falta ser de ninguna ideología concreta para vivir ese dolor; aquí puede haber gente de todo tipo", destacó la joven.

Dado que la familia de Elvan pertenecía a la minoría religiosa aleví, el cortejo fúnebre arrancó en un llamado "cemevi", un templo de esta confesión cercana al Islam, pero tuvo una connotación cívica y de reivindicación política más que religiosa.

"No marca ninguna diferencia entre confesiones: aquí hay suníes y alevíes juntos", insistió un miembro del "Frente Popular", un grupo de ultraizquierda que intentó evitar que participantes y policía chocasen durante la marcha.

La marcha recorrió hoy pacíficamente varios barrios de Estambul, bajo arengas de grupos izquierdistas y miembros de la "Plataforma Taksim", coordinadora de las protestas el año pasado.

Numerosos manifestantes mostraron su intención de marchar hacia Taksim tras el entierro, pese a que desde julio la policía no ha vuelto a permitir actos políticos de ningún tipo en la plaza.

"Iremos: no pensamos esperar que la policía nos dé permiso", aseguró a Efe una participante.

Pero poco después de llegar el féretro al cementerio, la policía empezó a rodear a los participantes y cargó con cañones de agua a presión, gas lacrimógeno y balas de plástico.

Según relataron testigos a Efe, los agentes cargaron con gran dureza contra las decenas de miles de personas congregadas en el barrio de Osmanbey, donde fueron encerrados entre numerosos dispositivos policiales.

Al mismo tiempo, la policía obligó a los transeúntes a evacuar la plaza de Taksim y al congregarse los manifestantes en la adyacente calle Istiklal, también evacuaron esta avenida comercial.

El centro de Estambul volvió a convertirse en un verdadero campo de batalla, como ya ocurriera ayer, tras conocerse la muerte de Elvan, con protestas y enfrentamientos con la policía en una treintena de ciudades turcas.

En Ankara, los estudiantes universitarios volvieron a boicotear las clases y marcharon junto a alumnos de instituto y otros hasta la céntrica plaza de Kizilay, donde ayer también hubo choques.

La policía puso en marcha medidas extremas de seguridad, con helicópteros que sobrevolaban la plaza, hasta que dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos y cañones de agua.

Pero las batallas campales continuaron hasta altas horas de la noche en varias ciudades turcas y acabaron por cobrarse una víctima mortal en la ciudad de Tunceli, en Anatolia central, donde un policía murió por paro cardíaco tras inhalar gas lacrimógeno.

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