El presidente del Consejo Europeo y ex primer ministro belga, Herman Van Rompuy, ha afirmado hoy que el acuerdo alcanzado entre los partidos de este país para conceder más autonomía fiscal a las regiones permitirá la formación de un Gobierno 'a corto plazo'.
El líder europeo se ha pronunciado así sobre el pacto anunciado esta maña para revisar la ley de financiación de las regiones, que supone un paso decisivo hacia la formación de un Ejecutivo después de un año y tres meses de negociaciones.
'Esto significa que se podrá establecer un Gobierno a corto plazo', dijo Van Rompuy en declaraciones a la agencia Belga.
El acuerdo ha sido acogido con gran satisfacción por los ocho partidos que participaron en las negociaciones, mientras que ha recibido duras críticas del partido nacionalista flamenco (N-VA), que se quedó fuera de las discusiones pese a ser el partido más votado en las últimas elecciones.
El líder del partido, Bart De Wever, ha lamentado hoy que los otros partidos flamencos abandonaran la idea de crear impuestos propios en la región, y ha vaticinado que el pacto de servirá para aumentar las transferencias de fondos públicos desde Flandes (norte del país) a Valonia (sur).
En un comunicado, De Wever ha afirmado que la revisión fiscal propuesta sólo aumentará los fondos propios para Flandes desde el 22 hasta el 33 por ciento, por lo que a su juicio 'planea una gran incertidumbre sobre la posibilidad real de llevar una política fiscal apropiada'.
El N-VA, en cambio, defendía que Flandes contara con un mínimo del 50 % de fondos públicos propios, una pretensión que inicialmente apoyaron otros partidos flamencos, pero que luego abandonaron por la imposibilidad de avanzar en las negociaciones.
La reforma de la ley de financiación regional era el segundo mayor escollo que debían superar los partidos belgas en el camino hacia la formación de Gobierno, después de que el pasado día 15 lograran un pacto sobre el distrito electoral y judicial de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV).
Los ocho partidos belgas continuarán el lunes las negociaciones sobre el último de los puntos clave: la transferencia de competencias a las regiones, que detallará cómo podrán administrar las autoridades regionales de Flandes, Valonia y Bruselas-Capital su mayor autonomía fiscal.
