Los últimos días se arrojaron 500 toneladas de yeso y ácidos a sus afluentes para bajar la alcalinidad

El vertido llega al Danubio y mata los primeros peces

Dos pescadores sacan peces muertos del río Marcal.
El vertido de lodo altamente tóxico que ha devastado el oeste de Hungría llegó ayer al Danubio, el segundo río más largo de Europa, aunque su capacidad contaminante se ha reducido. 'Las consecuencias para el Danubio van a ser limitadas', explicó Philip Weller, secretario ejecutivo de la Comisión Internacional para la Protección del Danubio (ICPDR, en sus siglas en inglés). Weller indicó que las medidas adoptadas por las autoridades húngaras 'han reducido el nivel de PH a una escala asimilable' que tendrá un impacto menor en la cuenca del Danubio, aunque seguirán la situación de cerca.
Los análisis de PH del agua contaminada que ha llegado al Danubio mostraban un nivel de 9, muy por debajo de los resultados del miércoles en el río Marcal, con un índice de 13, que ha causado la muerte de toda la vida acuática en un tramo de unos 40 kilómetros. Aún así, la alcalinidad se encuentra todavía por encima de los niveles normales de entre 6,5 a 8,5. 'La neutralización ha sido efectiva, pero no podemos cantar victoria todavía', explicó Tibor Dobson, el responsable gubernamental para coordinar las tareas de descontaminación. Pese a la reducción de la acidez a niveles más tolerables, se han registrado ya las primeras muertes de peces por la contaminación en el Danubio, aunque en zonas muy limitadas.

En los últimos días se han arrojado más de 500 toneladas de yeso y ácidos en los ríos Marcal, Raba y Mosoni-Duna, afluentes del Danubio, para tratar de rebajar la alcalinidad de las aguas y parece que se ha conseguido. Los expertos consultados también confían en que la disolución del lodo sea mucho más rápida en el Danubio, al ser un río mucho más caudaloso que los afectados hasta ahora.

Alexa Antal, de WWF-Adena, se mostró también optimista ya que los datos que manejan hablan de un PH por debajo de 10, 'mejor de lo que se esperaba', según indicó. 'No sabemos el daño exacto pero se ha diluido y creemos que no va a ser una catástrofe', añadió.

La contaminación de los afluentes del Danubio es considerada una de las mayores amenazas de que el desastre ecológico se pudiera extender y afectar a toda la cuenca del segundo río más largo de Europa.

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