El acalorado cierre de la Cumbre Iberoamericana que tuvo lugar en Chile derivó ayer en un inevitable flujo de valoraciones desde las distintas formaciones de nuestro país.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reafirmó su actitud de defender a José María Aznar de los ataques verbales del presidente de Venezuela, Hugo Chávez -quien llamó 'fascista' al ex presidente español- al asegurar que cuando alguien 'ataca o descalifica' a un 'compatriota' hay que 'salir a defenderlo' 'aunque sea un rival o un adversario'. Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy aplaudió la firmeza del Rey en la Cumbre -mando 'callar' a Chávez- pero cargó contra Zapatero, a quien culpó de la escena por sus 'amistades peligrosas'.
Ni mucho menos se mostró arrepentido Hugo Chávez por su actitud descalificadora durante la Cumbre. Muy lejos de eso, el presidente de Venezuela replicó al Rey Juan Carlos -que le espetó '¿por qué no te callas?' durante la clausura- 'será Rey, pero no me puede hacer callar'. Además, Chávez hizo referencias a la 'invasión europea' llevada a cabo en América, que fue 'el genocidio más grande de la historia'. 'Si alguien se ofende, lo lamento pero hay que seguir diciéndolo', observó.
Ante esta actitud, las reacciones en nuestro país giraron más en torno a la valoración de las actitudes de Zapatero y Don Juan Carlos en la Cumbre. Zapatero retomó su postura de defensa de José María Aznar en un discurso pronunciado ayer en Buenos Aires. Así, defendió 'el respeto a todas las ideas'. 'La descalificación y el insulto no, el respeto a todas las ideas, a todas las formas de pensar y ser', dijo. A su juicio, tener actitud 'a favor de la convivencia democrática' es 'poder demostrarlo a los demás', por lo que subrayó que si alguien en una reunión internacional 'ataca y descalifica a alguien aunque sea un rival o un adversario siendo tu compatriota', debes 'salir a defenderlo'.
En este sentido, el presidente del Gobierno agradeció públicamente el gesto que tuvo ayer José María Aznar, que llamó a Zapatero y al Rey para agradecerles su defensa en el encontronazo con Chávez. Según dijo el jefe del Ejecutivo, un detalle como éste 'contribuye a mejorar el clima político'. Por último, Zapatero consideró, en una entrevista difundida hoy por el canal argentino Telefe, que el incidente 'no afectará' a la relación bilateral entre los dos países, que sienten un 'afecto mutuo'.
INCIDENTE 'DE ENORME GRAVEDAD'
Durante una intervención ayer en Sevilla en el acto de clausura de unas Jornadas sobre Inmigración, el presidente del PP, Mariano Rajoy, expresó una visión del asunto completamente opuesta y aseguró que se trata de un suceso 'de enorme gravedad', ya que 'jamás' se ha protagonizado un incidente 'de esta forma, en el que se producen insultos al ex presidente de España, a los embajadores y a los empresarios españoles'. Según Rajoy, lo ocurrido es consecuencia de la 'política exterior de Zapatero, que ha dilapidado el prestigio de España'.
El líder del PP lamentó que Zapatero haya 'escogido a los peores aliados político'. 'Se trata de unas amistades peligrosas que no conocen límite a la hora de menospreciar a los españoles', apuntó Rajoy, que dijo que la reacción del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue la 'adecuada', pero 'llega muy tarde', ya que con su política exterior ha 'dañado el consenso y ha irritado a todos'. En este contexto, añadió las 'malas relaciones' que existen con Marruecos, Argelia, el Sahara,; y advirtió de la importancia de la política exterior, ya que 'la proyección de España es muy importante y fundamental para nuestra seguridad'.
El líder popular sí tuvo elogios para el Jefe de Estado español. Rajoy agradeció la reacción del Rey Juan Carlos ante Hugo Chávez, ya que 'con su coraje y firmeza ha expresado el sentir general de todos los españoles'.
Totalmente en otra línea se movió coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que criticó la actitud del Rey. 'Hubiese sido mejor argumentar, que es lo que tiene que hacer un Gobierno ante una denuncia justa e injerencia de anteriores gobiernos en la política de América Latina'. En este punto, se mostró en contra del 'desplante' y la 'interrupción abrupta' porque 'eso no favorece a la diplomacia española ni al Jefe de Estado'.
