"Si cualquier animal o niño resultara perjudicado por el vertido de azufre, la comunidad tendría que hacerse cargo de los gastos médicos e indemnizaciones previstas por la ley"
Si, como dice este cartel colocado en la puerta de entrada de una comunidad de vecinos de Ourense, es cierto que no se puede verter azufre en las calles de la ciudad, ¿qué defensa les queda a quienes quieren mantener las paredes de su edificio y las aceras limpias de excrementos de todo tipo y origen, principalmente por los perros? Porque las brigadas de limpieza y las multas a los dueños de las mascotas que son los primeros que infringen la norma a la hora de mantener la ciudad limpia, brillan por su ausencia.
