Ya no es la primera vez que junto a la capilla de Zaín contemplamos este triste espectáculo de ver cómo enseres que se tiran de casas, y que posiblemente no son del pueblo, aparecen tirados en este lugar. El lunes podíamos contemplar un colchón y restos de muebles tirados, como se puede comprobar en la imagen. Qué fácil es dejar las cosas con nocturnidad y alevosía por no desplazarse un par de kilómetros hasta un punto limpio.
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