La mala costumbre de poner los pies en el asiento

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El incivismo de algunos está llegando a niveles increíbles, y no sólo son los jóvenes, como muchos parecen creer, sino que se extiende por generaciones. Lo de poner los zapatos en el asiento de enfrente en el autobús es una cochinada como una catedral, pero a la dueña de estos pies, una señora de mediana edad bien vestida, no parece importarle. Ella a su aire. ¡Y luego nos quejamos de los jóvenes!

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