Vergonzoso el equipo de gobierno de Barbadás, que autoriza a un local dos días de fiesta en uno de los parques sin importar el bienestar de los vecinos. Da igual que los bebés lloren por el ruido, que los niños no puedan hacer sus tareas, que los mayores no puedan escuchar la televisión y que los trabajadores no puedan descansar para su nuevo día laboral. Lo importante es la fiesta en un parque público para un local privado en donde priman los decibelios, la cerveza y la fiesta. Se pueden ver las medidas de seguridad de la electricidad por los suelos. Así vamos.
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El parque es de todos, o eso dicen
María Rodríguez (A Valenzá)

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